miércoles, 30 de abril de 2008

He salido como llegué. Con todo vacío. Lo miras, piensas, llenas cada rincón de recuerdos. Le quitas tu media mitad a las llaves, las dejas sobre la madera que soportó tanto besos, tantos saludos al aire, tantas llegadas tarde, tantos golpes de enfado, tantas caricias que añoran tus arrugas, tu ceño fruncido.

Recoges el felpudo, el más discreto de los baratos, el que soportó tus zapateos, el que intuyó mi barro en las zapatillas, el que convirtió aquel piso en un hogar. Bajas por el ascensor y miras, por última vez, ese paisaje en el que se adivina tu próxima casa. No será lo mismo, nunca más será la primera vez, tampoco la última. La última en la que me despedida de ti y no te vuelva a ver en ese rellano, en esa entrada, con tu camisón y tu sonrisa.

sábado, 19 de abril de 2008

Me acuerdo.

Me acuerdo de un pegaso a modo de colgante, de 3 reyes magos y un oso grande.

Me acuerdo de la pasión contenida en una cama de hospital, de rayas que bailaban esperando el dibujo de una película, de chupitos que encendían el corazón mientras ardía el estómago.

Me acuerdo de una carpeta que tapaba 54 secretos, de un biquini negro y la última pregunta antes de un viaje.

Me acuerdo de una canción, de miles, de miradas felices que cotillean el primer beso, de un callejón y un lindo vestido.

Me acuerdo de tu sonrisa, y de tu sonrojo tras una primera noche, me acuerdo de un empujón, y de otro, de un portazo y de un Portón. Me acuerdo de un sí, que al principio fue no.

Me acuerdo de lo malo, de un viaje de ida y vuelta, de tiempo de crecer y de creer.

Me acuerdo de miradas cómplices, de poemas urbanos e improvisados, de cara en mi almohada, de tu olor en mis sábanas.

Me acuerdo y no olvido. Te quiero y te admiro.

miércoles, 16 de abril de 2008

Y llegó el día

Mañana nerviosa. Retoques y elección de fotos. Un DVD quemado, otro inservible. Todo preparado para que tú llegues. Una mala mañana, cuatro niños nerviosos. Un taller sin herramientas, muchos gritos, muy mala leche.

Lasaña y croquetas sobre la mesa. Sin vino, como cada día, agua para beber. Uñas de aperitivo. Llegas, te desahogas, te sientas silenciosa y una canción.

Voy a buscarte a la salida del trabajo, a Madrid le faltan caricias y abrazos. Se los daremos ahora.
"¿Cómo ha ido todo? ¿Me has echado de menos? ¿Sabes,? anoche apareciste en mis sueños, llevabas menos ropa".
"Hoy he encontrado en el Segunda Mano un piso modesto, céntrico, barato, en el paraíso apenas a unos minutos, si vamos en Metro, del resto del mundo".
Sueño con ello mientras mi calor te espera. Impaciente, inexperto, yo quemo la cena. Llegas tarde a casa.
"¿Dónde te has metido? Te creía perdida". Me besas y aguantas mis bellas mentiras. Traes por fin la calma.
Un día de estos te doy un susto y te pido, seria y formalmente, que te cases conmigo. Ay, mi vida, un día el susto te lo doy yo a ti, y si me preguntas, te respondo que "sí".
Pequeña criatura, la esencia más pura va en frasco pequeño. Amor mío, ya lo sé, el mismo recipiente también encierra veneno.
Asumo el riesgo, te miro y planeo una vida contigo cargada de sueños. Y si no se cumplen cuando despertemos, con la luz del día ya veremos lo que hacemos.
Pequeña criatura, la esencia más pura va en frasco pequeño. Amor mío, ya lo sé, el mismo recipiente también encierra veneno.
Asumo el riesgo, te miro y planeo. Si te falta una almohada, yo te presto mi pecho. Y si no te amoldas a sus recovecos, con la luz del día ya veremos que hacemos


Tiempo de renovación. Contratos nuevos. Proyectos que continúan.

sábado, 5 de abril de 2008

Que me pasen la factura cuando termine de pagar mi hipoteca

Pese a estar cansado, cansado, cansado (ver post anterior), volvimos a la locura, volvimos a la carretera y volvimos a intentar comernos Almendralejo. Aunque fuera para un rato, para un bocado, para un abrazo y poco más, para berrear y dejarnos esa voz que tenemos que cuidar. Allí nos plantamos. Y, otra vez, no me arrepiento ¡Bendita locura!

Algunos me preguntan si no me canso, si no me aburro, pero no, no ocurre. Lo haría todos los fines de semana, todos los días. Disfruto, canto, desconecto, me río, salto, chillo, hago como que bailo y toco las palmas sin compás (ni escuadra ni cartabón).

Pero lo mejor: veo a esa gente, a esa buena gente a la que te encuentras una vez cada semestre, a los Javi, Juanlu, Mamen,... a los desvaneros. Sólo les saludas al inicio: abrazo efusivo, sonrisa amplia y ningún hasta luego, pues se pierden en tus prisas porque "mañana tengo que trabajar".

Pero ahí queda eso. Ese ratico, esa ilusión, ese reencuentro. Hoy graban en Zafra. Bien sabe José lo que me jode no estar ahí, pero chico, es que grabar un vídeo en sábado... ¡Cuánto mejor hacerlo un lunes o un martes! Suerte y nada, ¡A volar!

P.D.: Además de todo eso, en el concierto veo y comparo la diferencia entre una banda que ruge, que te anima, que desprende alegría en el directo de sus imperfecciones con la falta de chispas de pasadas estrellas de la televisión que tratan de hacerse hueco en el imposible mundo de la música a base de play-back y actuaciones sin espectáculo.

viernes, 4 de abril de 2008

¡¡Buff!!

Estoy cansado, cansado, cansado. Y lo que queda todavía por delante.
¿Os he contado que nos vamos a comprar un piso?
Pues parece que va a ser ya pronto, y agota pensar todo lo que hay que hacer en tu tiempo libre, nunca de descanso.
Así, ¿cómo queréis que actualice? Anda, traedme un vaso de leche RAM, que no quiero engordar con tanta Nutella.