Ahora mismo me odio. Me odio. No me soporto. No sé quién soy. No sé qué quiero. No valgo nada. Siento ira, violencia atrapada, ganas de morir, de desaparecer.
Hemos empezado una terapia de pareja y tengo un miedo atroz. Siento que es la última oportunidad y, a la vez, siento que no va a servir de nada, que nuestras vidas ya están separadas. No queremos lo mismo. A veces dudo si nos queremos, si nos entendemos, si nos conocemos. Salí contento, comprendiendo mejor a Patricia y, poco a poco, pensamientos negativos inundan mi cerebro. De lo que soy, de lo que cree que soy, de lo que no seré jamás, de lo que no tendrá conmigo, de lo que no soy capaz de salir. No soy capaz. No tengo fuerzas, no tengo ganas, no sé cómo hacerlo. Sólo sé llorar y dejarme llevar y hacer cosas estúpidas sin significado alguno, sin valor.
No sé regresar a mí trabajo, no sé como borrar todo lo negativo, como empezar de 0, como volver a empezar. No sé qué hacer allí cuando esté y me sienta vacío. No sé si tengo el talento para hacer lo que digo que habría que hacer, ni el valor, ni la fuerza, ni la compañía precisa, ni el interés propio y ajeno. No sé para qué más puedo valer. No soy la vida que quiere tener. No se la puedo dar, creo que ni siquiera queremos la misma vida.
Quiero llorar, tumbarme en la cama y llorar, dejar el tiempo pasar. Hoy ha muerto una mujer de 34 años yendo al trabajo y he deseado ser yo ¿Por qué ella y no yo? ¿Qué tengo yo que aportar? ¿Por qué sufro si lo tengo todo? ¿Por qué no valoro esta felicidad? ¿Qué hago yo por este mundo al que no dejo de criticar?¿Por qué esta tristeza? ¿Por qué esta angustia? ¿Por qué esta ira? ¿Por qué?
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