jueves, 13 de marzo de 2008

Ya estamos tocando los huevos

Ya sabía yo que, tarde o temprano, la cadena que por este lado de la vida abrió José iba a llegarme. En este caso, el meme me aparece por dos lados (aunque mensajes en mi blog sólo ha llegado uno), por lo que me ceñiré a 5 rarezas, y no 10, que ya serían muchas y una decena ya daría que pensar ¡A ver si no van a ser rarezas! ¡A ver si es que eres raro! Así que, me centraré en 5. Antes de nada, ya digo que la continuación de este meme lo veo difícil. José, Carlos: yo no tengo tantos links en el blog como vosotros ni amigos internautas como para mandar esta tarea. Yo por la red visito las casas que no puedo ver a diario. Así que, por mi parte, ¡a tomar por culo la cadena! A mí, eso de las reglas de sucesión...

El que quiera seguirla, aquellos anónimos, desconocidos o conocidos casuales que quieran coger el testigo, aquí tienen una excusa (!ah! no, calla, que en ese blog ya no se escribe) para actualizar.

1. - Apilo las monedas. De arriba a abajo, de la más pequeña a la más grande, en tamaño, que no en cantidad, porque las de 5 céntimos son más grandes que las de diez, lo que me supuso un ligero trauma de ordenación mental en el tránsito de pesetas a euros. Sé calcular a la perfección cuantos euros son 400 dragmas, digo pesetas, pero me costó acostumbrarme a que el tamaño no siguiera el orden lógico del precio.

2- Muerdo. Muerdo todo lo mordible aunque no sea comestible: bolígrafos (cada vez menos), la camiseta del pijama (cuando estoy nervioso), las sábanas, los cojines, la ropa al vestirme. Esto último lo que más. Utilizo la boca como una tercera mano más, menos para actos sexuales propios, que no alcanzo. Con la boca amarro todo aquello que ya no puede abarcar con las manos: muerdo la camiseta mientras me abrocho los pantalones, tiro de la sábana hacia arriba para taparme mientras me mantengo calentito bajo la manta con las manos... Tengo dientes fuertes.

3- Hablo poco por teléfono. Segundos. Si me junto con mi madre, la conversación puede cortarse antes de que Orange considere que se ha producido el establecimiento de llamada. Una vez hablamos tres segundos: -"mama, que vamos a cenar patricia y yo. Hasta luego". Mi madre es otra gran oradora por teléfono, jeje. Lo mío es por profesión: ¡acabo hasta las narices de hablar por teléfono! El móvil puede sonar en cualquier momento y ahora ¡lo aborrezco!

4- Hago mía una de José: no puedo prestar atención a una conversación durante mucho tiempo seguido, y cuando digo mucho tiempo digo más de un minuto: si el otro interlocutor supera ese tiempo, mi mente se dispersa, mi cabeza se pierde y yo me olvido. Me supone un esfuerzo de concentración tremendo. Estoy tan acostumbrado a cortes breves, a flashes, a mensajes rápidos que la concentración se esfuma y si la mantengo, requiere un esfuerzo increíble. Si me hablais, o decidme cosas muy interesantes o sed concisos, breves, id al grano. Puedo mantener una conversación larga, pero no escuhar un monólogo. Lo siento, pero es así, conecto y desconecto con pasividad pasmosa.

5- ¡Uhmm! ¿? ¡Buffffff! Tengo muchas: empiezo libros que nunca termino. Debo tener por el segundo o tercer capítulo unos 4 ó 5 libros (Flore sen el ático, Alguien que no existe, La aventura del tocador de Señoras, Drácula,...): por eso nunca leo. En este sentido, es importante la rareza número 4, el cansancio que me provoca acciones que requieren concentración.

Bonus Track: como ya me he saltado una regla, pues para compensar sumo otra rareza: tomo cada bebida en un vaso o recipiente concreto: el café en taza corta, jamás en tazón de estos de desayuno (no me gustan las tazas grandes), el cola-cao en vaso, nunca en taza. La cerveza en botellín, como mucho en tubo, los refrescos, a ser posible, en lata,... Cada cosa en su recipiente. El sabor, el tacto del que tanto se habla en la cocina es fundamental también en la bebida.
¡Ah! Y no sporto que me miren mientras hago cosas: mientras trabajo, escribo, estudio, bailo, como, me peino, cago, apilo las monedas, leo libros que no acabaré o lo que sea. No puedo, es superior a mis fuerzas, me siento observado, ¡Qué coño! ¡Me observan! Cuidado porque puedo dar contestaciones de la que te puedes arrepentir.

Y estas son las reglas del meme, para quien quiera seguirlas
1.-Nombrar a la persona que te ha nominado, poner un link a su página y citar estas reglas en tu blog.
2.-Compartir cinco rarezas sobre tí mismo.
3.-Nominar a cinco personas para que continúen con el meme.
4.-Hacer saber a estas personas que están nominadas dejando un comentario en su blog

Y mis nominados son:
Los que quieran

lunes, 10 de marzo de 2008

El voto inútil

El mío, el de los extremeños y otros tantos españoles, cuyo voto no vale lo mismo que el del catalán, el madrileño, el vasco, el gallego, el canario y demás.

El voto inútil, el que le da la potestad de decidir, de sentirse vencedor y de poder marcar la voz cantante en los designios del país a una fuerza apoyada por unos 600.000 votantes. Sólo la esperanza de que la bipolarización de las elecciones no se traduzcan en el olvido de las minorías podría hacer que eso no ocurririera. Sólo la voluntad de llegar a acuerdos con todos aquellos que tengan esa voluntad y cerrar acuerdos puntuales con el grupo mixto y no pactos de gobierno que otorguen mayoría podría impedir que nuestras ilusiones y proyectos se vean censurados.

El voto inútil, el que divide el país en dos, el que se olvida del mestizaje, el que nos lleva por dos grupos homogéneos e idénticos, el que apoya la espiral del silencio y nos camufla entre una mayoría callada y sin rostro. El que secuestra ideologías y el factor diferenciador en pro de un voto, el voto inútil, el que impide un gobierno de izquierdas para poder presumir de una victoria que hubiera sido idéntica sin esos votos.

Jornada de reflexión

ETA votó en nuestras nucas y nosotros depositamos nuestras balas en las urnas