lunes, 17 de diciembre de 2012

Te echo de menos

Te echo de menos.

No lo entiendo, pero te echo de menos. Me pregunto por qué te echo de menos. No me explico cómo, pero te echo de menos. Echo de menos acariciarte suave cada noche, besarte en silencio, hablarte a susurros, imaginar tu cara, discutir tu nombre. Te echo de menos.

No te conozco, no te he tocado, ni siquiera te he visto, pero te echo de menos. No he sabido nada de ti, salvo que estabas ahí. Suficiente para echarte de menos.

Para echarte de menos y para amarte. Amarte con fuerza, con mucha fuerza. Te echo de menos.

Te echo de menos y lloro. Son lágrimas, son cristales, son puñales. Son recuerdos. Recuerdos de esperanza, de desesperación. Te echo de menos. Me duele y te echo de menos. Río y te echo de menos. Pienso y te echo de menos. Juego y te echo de menos. Lloro y cuanto más lloro, más te echo de menos. Y el tiempo no lo cura, porque no dejaré de echarte de menos.

Te quiero. Te querré. No te olvidaré nunca, aunque nunca te haya conocido. Recuérdalo siempre.

Te echaremos de menos.






miércoles, 12 de diciembre de 2012

Lunes

No he dormido nada. Candela tiene fiebre. Toda la noche la ha pasado gimoteando. 9.30hs: Se despierta melosa. No quiere andar. Sólo se calma estando en mis brazos. No hay forma de bajarla al suelo así que me siento con ella en el sofá. Me abraza fuerte, tan fuerte como si hiciera 3 días que no está conmigo. Se acurruca en mi pecho y, de vez en cuando, suelta alguna caricia. Se queda dormida en mis brazos.

10.30hs, vuelve a despertar. Esto ya es otra cosa. Ha recuperado esa sonrisa que, sólo regalártela, te convierte en el hombre más feliz de la tierra. Sus ojos denotan cansancio. Unas décimas de temperatura la hacen ser más cálida, más mimosa que de costumbre. Cogiéndome de la mano, me lleva hasta el salón y me señala la televisión. Mientras desayuna -ya en la trono- le pongo los Cantajuegos. "No, no, no, no" me dice con su voz de patito. Cambio de canción hasta 8 veces a ver si encuentro la que le gusta. Nada. Siempre espera unos segundos para comprobar qué suena, algunas veces contonea su cuerpecito mientras desayuna, pero rápidamente me niega con voz y dedo. Pruebo con los Baby Einstein (le encanta el de Papa Noel). Tampoco. En un intento forzado por hacerse entender me dice "mamá". Lleva toda la mañana preguntando por ella. Hasta ha ido a la habitación y me ha afirmado así, con los hombros encogidos, con las manos abiertas hacia arriba, como sólo hace ella "no está". No obstante, entendido lo que quiere decir.

Pongo el vídeo que hicimos por su cumpleaños. Ya es feliz. Menea la cabeza, sonríe, nos llama a todos "Abuuu", grita en un momento dado. A cada plano nuestro "papá, mamá". Sonríe. Termina de desayunar y hoy no quiere plantarse a un palmo de la tele. Según la dejó en el suelo, corre al sofá a subirse conmigo. Allí ha visto tirada en el sofá, abrazándome, el vídeo entero. Ha terminado cantando el cumpleaños feliz y soplando, como siempre. Se ha bajado y ha empezado a enseñarme todos los adornos de Navidad. De repente se ha acordado. Me ha cogido de la mano y ha corrido hacia la cocina. Allí tenemos el CD donde ponemos los Villacincos. Su dedito me señala el camino. Le encanta "la Marimorena". Es sonar los primeros compases y dar palmas. Busca rápidamente la pandereta, la coge y, con más ritmo que yo, la hace sonar. Le falta algo. Poseída por el espíritu navideño corretea hasta el pasillo y señala al árbol. Olvidé encenderlo.

Cuando las luces por fin brilla, ella suelta una de esas carcajadas de satisfacción a boca abierta. Es feliz. Yo, en casa, con ella, también. Contigo, más aún. Y ya los 4, ni te cuento...

domingo, 18 de noviembre de 2012

Contacto con la realidad

Ayer, sábado 17 de noviembre, mi compañero Luis Moral informaba de este hecho en Hora Punta Fin de Semana
"En Egipto. 49 niños han muerto al chocar el autobús escolar en el que viajaban contra un tren. Al parecer, el conductor del autobús se saltó un paso a nivel. El conductor del vehículo y dos cuidadadores también han fallecido en el accidente. El ministro de Transportes egipcio ha presentado su dimisión por estos hechos". 

Más allá del sobrecogimiento por la tragedia, me llama la atención de la noticia la actuación del Ministro de Transportes. Aún hoy desconozco más detalles del accidente, no sé cual es la implicación del ministro en este suceso, ni su responsabilidad, pero sí podemos observar las primeras consecuencias de un accidente fatal: dimisión.

Dimisión. Ocurre en Egipto por la muerte de 52 personas, 49 de ellos niños, en un accidente de tráfico. Aquí, en España, una actuación política similar es, simplemente, impesable.

El más claro ejemplo lo tenemos en las últimas semanas ¿cuánto ha tardado en haber consecuencias políticas por el caso del Madrid Arena? ¿Ocurrirá algo más? ¿cuántas dimisiones ha habido por el incidente de los mossos d'esquadra en Tarragona? Aquí, las responsabilidades están claras, los hechos y las imágenes de una huelga y unas manifestaciones retransmitidas dejan bien a las claras lo que pasó. Por que el suceso no paró con el golpeo del agente sobre la cabeza del tan citado adolescente de 13 años. No, tras el virulento e hiriente porrazo, otro mosso de esquadra volvió a atizar al menor cuando éste estaba en el suelo, sangrando y arropado por su familia. A esta doble agresión (llamemos a las cosas por su nombre, no era necesaria la actuación física), le siguió un empujón por parte del primer agente a una joven (al parecer, también menor) que de forma verbal recriminaba a los miembros de ¿seguridad? su contundencia. Tras este empujón, el otro mosso de esquadra, ese que ya había golpeado al chaval de 13 años cuando estaba en el suelo, también empleó su porra para "marcar" a la alterada muchacha.

¿Ha habido dimisiones? ¿se han depurado responsabilidades? ¿se ha pedido perdón? No, no que se sepa y sí, pero de aquella manera. Los políticos han defendido y justificado la actuación de los mossos de esquadra. "Error" "Se actúa bajo mucha presión"... Quizá la ciudadanía espera que nuestros agentes velen por nuestra seguridad y que estén lo suficienmente preparados para saber discernir cuando están obligados a emplear la fuerza (siempre debería ser la última opción). Estoy convencido de que en la mayoría de las ocasiones, esto es así, pero no en el caso de Tarragona, donde las imágenes no reproducen en ningún caso esa tensión ni esa violencia por parte de los manifestantes dañados.

La impresión que queda al final es que nuestros políticos no es que estén lejos de la ciudadanía, es que cada vez se distancian más de la realidad. Se enrocan en su mensaje y pierden la noción de lo que está pasando. Todo es excusable, nada es responsabilidad suya, jamás nadie dimitirá. Están tan alejados de la verdad que, sin reparos, sin vergüenza alguna, ofrecen cifras y números de manifestantes que son, además de un desaire a la ciudadanía, un insulto a la inteligencia. Menos mal que aún queda algún político que es capaz de rectificar y contradecir la versión oficial para, por lo menos, no faltar a una verdad evidente. Es el caso de Plasencia, donde Fernando Pizarro ha admitido que el dato ofrecido por la delegación de gobierno el pasado miércoles sobre la manifestación del 14N en la capital del Jerte estaba muy alejada de la realidad. El delegado del Gobierno dijo que eramos 550. Las crónicas hablan de la concentración más multitudinaria que se recuerda en los últimos años. No sé si 6000, no sé si 10.000, no creo que se llegaran los 15 mil como dicen los más optimistas, pero sí que te puedo asegurar que había muchos más de 550. Gracias Pizarro por reconocer la verdad. Eso sí, ¿este intento de engaño a la ciudadanía ha tenido o tendrá consecuencias en la delegación del gobierno? 

sábado, 17 de noviembre de 2012

Mis despedidas

El jueves, mientras le ponía el pijama a Candela antes de que su madre la acostara, le dije: "Hija, mañana papá no está. Ya no te veo hasta el sábado". Ella, sin que yo añadiera nada más, se incorporó del cambiador, me dio un beso en los morros y me abrazó. Hoy cumple 15 meses y ocho días.

sábado, 10 de noviembre de 2012

El mundo al revés


Hace ya unas cuantas semanas escuché esta información que hoy rescato de expansión.com

http://www.expansion.com/2012/10/25/empresas/banca/1351184238.html?a=e3887e6667354d74390541b8f22a5a5d&t=1352548610

En 2010, cada español aportó de forma indirecta 1.846,67 euros para el saneamiento de las entidades financieras. O lo que es lo mismo, el Estado español destinó  87.145,47 millones de euros en ayudas a la banca. No sé ni leer la cifra. De verdad, me cuesta. No sé ni cuantos ceros van después de la coma. Aún así, hago un tímido esfuerzo para echar mis cuentas de la lechera. 

Si se aportan 87.145 millones de euros a rescatar la banca quiere decir que se podría haber dado un millón de euros a 87.145 familias en riesgo de exclusión ¿no? O mejor, cambio un 0 de lado (creo que eso lo podré hacer sin que las matemáticas me jueguen una mala pasada). Creo que no me equivoco si digo que se podrían haber destinado 100 mil euros a 871.450 familias en paro.

Llamadme loco (¡locoooo!), pero imaginaos que eso ocurre y que el Estado Español (con gobierno del PSOE por aquel entonces, no lo olvides) rescata a personas en lugar de rescatar a entidades bancarias,  esperanza a esas personas al borde del desahucio en lugar de ayudar a unas empresas privadas que, pese a recibir este dinero, ni han saneado sus cuentas ni han inyectado liquidez al sistema (esto lo sabemos ahora, aunque muchos ya lo aventuramos cuando se tomaron estas medidas -puedes volver a llamarme loco, hasta agorero. Si quieres puedes llamarme agorero-). 

Imaginemos que ocurre lo que digo, que las medidas se toman al revés. Es decir, en vez de dar (gratis y, a tenor de los ocurrido, sin exigencia ni condición)  el dinero a los bancos para que se lo alquilen a la ciudadanía y a las empresas a un precio muy elevado, desorbitado, se hace lo contrario. El dinero se inyecta, se le da de forma directa a la familia, se rescata al ciudadano, se firma un contrato social sin condiciones económicas, se le da el dinero al propietario y se le obliga a destinar esa cantidad al pago de su hipóteca, a su cancelación probablemente en el mismo caso. O se adquiere el inmueble por parte del estado y establece desde un criterio no económico el alquiler social que se demanda ahora, o se podría hasta establecer un préstamo ICO para familias en riesgo de exclusión, un crédito más liviano, asumible y flexible que el fijado por las entidades financieras, un préstamo con intereses meramente simbólicos, porque el interés real es otro, y eso sería lo interesante. 

Si se hubiera hecho esto, muchos de estos ciudadanos de a pie, muchas de estas familias "rescatadas" (intervenidas probablemente) hubieran saldado su deuda con el banco, hubieran acabado con su déficit. Y, como el banco, de igual manera, es el destinatario final de esos 87.145.47 millones de euros, recibiría la cantidad que el Estado estimaba que necesitaba.

Esta rocambolesca fórmula hubiera permitido a esas familias hoy desahuciadas mantener sus casas y su esperanza, minimizar las consecuencias de su crisis, del paro y de la inactividad y, de paso, hubiera permitido a los bancos, no sólo recibir el mismo dinero que ha recibido de forma directo, sino hasta evitar la necesidad de crear un banco malo en el que alojar su elevado stock inmobiliario. Jamás hubieran tenido stock inmobiliario ni los gastos que conllevan mantenerlo. Hubieran salido hasta ganando.

Ahora puedes pensar lo que quieras. Que es justo o no. Que por qué va a recibir una familia determinada tal ayuda y tú, que también lo mereces, que a lo mejor lo mereces más, que pasas similares apuros para destinar tus pocos beneficios a pagar a tu banco, que tú, que tienes esos problemas y más no puedes contar con ese dinero para pagar tu hipoteca sólo porque curras para liquidarla mes a mes. Puedes pensar que a lo mejor, en muchos casos, ese dinero hubiera sido insuficiente, un parche que no serviría para cancelar la hipoteca, que propiciaría la trampa, la estafa y la vagancia para que el estado pague por tus pecados. 

O puedes pensar que esto es un reparto más justo de las riquezas, del dinero público, que el que no paga su vivienda es porque no puede, no porque no quiere, que 5 millones de parados (un 25% de nuestra población activa) no es una casualidad, no se alcanza porque la gente no busca trabajo, no es fruto de la pereza ni de la falta de voluntad de encontrar un puesto laboral. Puedes pensar que te parece bien que el estado sea garante de derechos constitucionales como el de la vivienda o el trabajo, y establezca condiciones crediticias asumibles por toda la sociedad, porque te parece injusto que al que más problemas tiene para conseguir ingresos más trabas se le pongan para adquirir un bien de primera necesidad.

Puedes pensar que, para evitar a esos caraduras que se aprovechan del sistema, se pueden establecer controles, obligarles a firmar ese  contrato social (yo que sé, tareas de limpieza y desbroce en zonas de catástrofe, por decir algo que se me viene -no sé por qué- a la cabeza). También puedes pensar que caraduras ya hay mismos y no son esos a los que el sistema y nuestros gobiernos señalan continuamente. No son los que con 39 de fiebre tienen que ir a trabajar porque no se permiten enfermar por encima de sus posibilidades. Puedes pensar lo que te de la gana. 

Yo sólo aporto una forma diferente de ver el mundo y de invertir el mismo dinero que se ha gastado y que, eso si que es comprobable, no ha tenido ninguna consecuencia positiva ni para ti, que puedes pensar como quieras, ni para esas personas que hoy son desahuciadas, ni para las que siguen en paro, ni para las que han pasado a incrementar las listas del INEM, ni para los forman parte de un expediente de regulación de empleo, ni para los que han sufrido una bajada salarial, ni para los que nos quedamos sin una de nuestras mensualidades (esa que malnombran paga extra), ni para los que hoy cierran su negocio porque el consumo ha decaíado ante la falta de dinero, de pagas extras, de liquidez, ni para esos emprendedores que no pueden abrir su negocio porque el banco no les concede un crédito, pese a que ellos, en 2010, recibieron 87.145,47 millones de euros, precisamente, para ponerlos en circulación, para que fluyera el crédito, para que en la calle hubiera liquidez.

Y sólo añado un dato que hoy, prácticamente todos, conocéis. 530 personas son desahuciadas cada día en nuestro país. Es decir, este año, 193.450 familias han perdido su casa y su esperanza (manteniendo pese a esto su deuda). Fijando esta cifra como igual en los 3 últimos años (desde el 2010), son 580.350 los núcleos familiares que han sido despojados de un bien de primera necesidad. Aún habría casi 300 mil familias más con posibilidad de recibir esos 100 mil euros que nos permitiría la cantidad cedida por el Estado a la banca en 2010. Me pierdo ya si a ese dinero le sumamos la cuantía destinada en 2011 y en 2012. 

miércoles, 31 de octubre de 2012

Candela de Otoño

Duermes. Regalas la dulzura que en tus párpados descansa.
Anidan tus ojos en bosques sin ramas,
comparten sueños, noviembre les llama
Es otoño, el sol tímido golpea tu ventana.
Murmuras, me apaciguas, callas.

Devoras mis penas con un bostezo ligero,
con sonrisa pícara, sacias mis ansias
En tu carcajada, gorriones vuelan buscando mi abrazo,
mi alegría
nace en ese rayo de esperanza

Bajita y pizpireta, me recuerdas a alguien,
me enamoras a cada instante.

Candela de otoño
crece entre hojas, calienta mis ramas,
sopla mis dudas, alimenta mi alma.

Candela de otoño
Cobija mis días en cada mañana.
crepita entre leña, lava tu cara en este agua helada
Tu risa me suena a estruendo de garganta
Candela de otoño, frescor, madrugada.
Olor a madera que abriga mi casa.

Bajita y pizpireta, me recuerdas a alguien,
como ella, me enamoras a cada instante.

lunes, 22 de octubre de 2012

Si votar sirviera de algo...

Once meses y un día después, como en una condena, se repite la misma sensación, la misma frustración, la misma indignación electoral. Las portadas de vencedores y vencidos, en la que la foto del derrotado no refleja al que realmente pierde, el ciudadano. Se habla mucho de la posible caducidad de un sistema de protesta (la huelga general) de hace dos siglos, pero se mantiene vigente y sin previsión de cambio una ley electoral a todas luces injusta. Y no hay que alumbrarla demasiado para ver su realidad. Limítense a quitar las portadas de su mesa y lean un poquito la realidad, olviden la mentira de los escaños y fijénse, por un segundo, en el número de votos.

Las elecciones autonómicas en Galicia y Euskadi vuelven a dejar patente el despego de la ciudadanía con las urnas (que no con la política). La abstención en mi tierra es muy superior (casi 180 mil votantes más) a la lista más votada, esa que gobernará los próximos 4 años con mayoría absoluta. Pero es más, ese partido, el PP, ha perdido 136 mil votos en 4 años (de 789.427 a 653.934), eso es 1 punto porcentual, del 46,68 al 45,72% y, ya que lo ven como un referendum, les digo que en esta comunidad el Partido Popular se ha dejado 202 mil votos en los últimos 11 meses (el 20N, 855.732 gallegos y gallegas votaron PP). Baja el partido del gobierno pero gana  3 escaños en ese descenso electoral. Para más desazón de la ciudadanía que acude a los colegios electorales, entre 4 partidos suman más votos que la lista más votado, que la ¿mayoría absoluta? Permítanme dudar.

Y permítanme opinar. No se trata de un interés o una opinión partidista.  Quizá el Referendum que parece haber hecho el PP para legitimar sus medidas no le salga tan ventajoso. Aunque no quiero yo centrar en esa batalla mi crítica, por mucho que no me guste, que aborrezca que se atrevan a vender estos resultados como un respaldo a las políticas de Rajoy cuando en realidad se han dejado casi 300 mil votos por el camino desde las generales (150 mil desde las últimas autonómicas de estas comunidades, que es realmente con lo que ha de compararse). Así que, por mucho que me tiente esta situación, quiero salirme de las portadas y aferrarme a la necesidad de reformar la Ley electoral, no de reformar el Partido Popular, ganador abrumador en Galicia.

Me voy a Euskadi para demostrar que mi batalla no está en Génova. De hecho, ahí, en Euskadi, el PP ha perdido sólo 17 mil votos respecto a 2009 (son más si miramos las generales, pero no quiere igualar contextos que son diferentes) y se deja 3 escaños. Vamos, casi igual trato de la ley electoral que en Galicia. Y ahí, la abstención (587 mil hombres y mujeres) es sólo inferior en 73 mil personas al global de los dos partidos mayoritarios: PNV y BILDU. Es decir, que los partidos que ocuparán casi 2 tercios del arco parlamentario vasco cuentan con un número de votos muy similar al número de personas que, por lo que fuera, se quedaron en casa. Y su inmovilismo, su mayoría silenciosa, se interpreta como "lo que diga la mayoría". Y lo que es peor, tras mucho indagar, observo que IU (Ezker Anitza) suma 30179 votos, casi 9 mil votos más que UPyD (21492) pero no obtiene escaño, y el partido de Rosa Díez sí, el partido de Rosa Díez lo mantiene con menos votos que en 2009, pero aferrándose al diputado por Álava ¿discutirá esta vez su líder la ley electoral o callará ante el benifico que le ha supuesto?

Y digo que he tenido que indagar mucho porque, al contrario que en Galicia -vamos a pensar que por descuido, no porque haya algo que esconder- la prensa generalista (se salva el ABC) no publica los votos en el País Vasco de todos los partidos, sino sólo los que han obtenido presencia parlamentaria, aunque tiene especial guasa como lo reflejan  "El Mundo" o "La Razón" (sí, ese periódico que asegura a esta hora en su portada digital que la mayoría silenciosa apoya a Rajoy sin mirar a la abstención.

Miren los datos según estos periódicos: http://www.elmundo.es/elecciones/elecciones-pais-vasco/resultados/2012/14/99/p99.html
http://www.elmundo.es/elecciones/elecciones-galicia/resultados/2012/11/99/p99.html)),http://www.larazon.es/private/admin/elecciones-galicia-2012/resultados http://www.larazon.es/private/admin/elecciones-pais-vasco-2012/resultados

Y tras esto, pues a uno como que se le ocurre recuperar y recordar, 11 meses y un día después, como si fuera una condena, aquello de "Si votar sirviera de algo... No nos dejarían" http://ivanherrerobermejo.blogspot.com.es/2011/11/si-votar-sirviera-de-algo.html

domingo, 7 de octubre de 2012

La anécdota por encima de la noticia

Es domingo, son las ocho y media de la mañana. Mérida amanece tranquila, ajena al ajetreo que destilarán sus bares esta tarde para reunir y unir lo que sólo el fútbol une, sólo lo que el fútbol y el Barcelona - Madrid separan. La Fórmula 1 de fondo (con abandono de Fernando Alonso incluído), el derby Villanovense - Cacereño en el horizonte (mi primer derby en segunda B) y la prensa escrita sobre mi mesa.

Repaso las portadas y me detengo en las sonrisas como imágenes de la mañana en los diarios regionales. Amabilidad para empezar el domingo, para encarar el final de una semana más en la que sobrevivimos a la crisis. Supongo que es una forma de afrontar la realidad, supongo que corresponde a una línea editorial, supongo que es una manera de invitar a vivir el domingo, a despojarnos de temores y números rojos por una vez en este calendario cada día más largo. Supongo que es la manera que escogen en esta libre y preciosa tarea de contar la realidad.

Siempre he sido un defensor del "cómo" por delante del "qué". Doy (o daba) por hecho que el "qué" ya se conoce, es parte de una agenda setting que el ciudadano de a pie que a diario nos visita ya conoce. El "qué" está en todos los medios. La diferencia es (era), lo que en nosotros buscan (buscaban), es el "cómo". Ese es (era) nuestro elemento diferenciador. Y ahí es dónde debemos ser prudentes, pacientes y exigentes. Calidad, realidad y objetividad.

Pero este mundo parece cada día menos exigente con el cómo y menos severo con el rigor de lo publicado. Se valora el "quién" lo cuenta (da igual las formas, las horas de trabajo, la profesión) y el "para quién" lo cuenta. Y no siempre el "para quién" es sinómimo de lector, oyente o espectador al que se le vende la información. Cada día tengo la sensación de que el destinatario es más el que la paga que el que la compra. Y cada día nos compran menos porque nos creen menos y, en este bucle sin fin, la eterna búsqueda de la rentabilidad económica vuelve a creer que con menos (periodistas, informadores, comunicadores) se puede conseguir más (dinero, ventas, publicidad). El medio de comunicación como mercado, la rentabilidad económica como objetivo. La información, la realidad como mero conducto hacia esas metas, un títere en mano del "mercado". Y ahí, el "cómo" ya no importa (o no, al menos, desde criterios de calidad y objetividad) y hasta el "qué" se diluye. Todo vale. Todo puede ser noticia. Es más, el foco de atención se pone en la anécdota muy por delante del hecho informativo. El deporte, la cobertura -sobre todo nacional- de nuestro deporte es un claro ejemplo. La abundancia de noticias futbolísticas, el exceso de información del día a día de los dos grandes por encima de la realidad de otros clubes, otros deportes, otros mundos.

La percepción es que la rentabilidad de unas imágenes mil veces reproducidas, reiterativas y buscando al detalle la anéctoda por encima de la noticia es igual o incluso mucho mayor (con menos esfuerzo de personal) que la alcanzada por un trabajo mucho más rico en pluralidad informativa (ya sea en el "cómo" o en el "qué"). Esta última opción requiere o supone una mayor dedicación (sobre todo humana) en el buceo y en la cobertura (pregunten si dudan a mis compañeros de "No Todo Es Futbol" cual es la exigencia de un programa semanal tan completo y plural). Estar en todos los frentes y hacerlo desde el rigor, el respeto y el conocimiento exige estar en más sitios y obliga a un conocimiento global que, económicamente, no se premia. Y hablar de valores y dignidad laboral, de código deontólogico o de principios parece estar pasado de moda. El hambre apremia La materia prima ya no es la noticia, ahora prima lo comercial y lo que vende (o lo que se compra) es la anécdota. Y no lo olvidemos, el fútbol es una microsociedad que repite los vicios de la sociedad. Aunque de eso, ya hablaré otro día. Centrémonos en la anécdota por encima de la noticia.

Siempre se ha oído aquello de que una noticia no te estropee un buen titular. Se extiende ahora a que la realidad no te estropee una buena noticia. Y la realidad la enfocan los medios (pregúntese usted que me lee qué manos son las que mueven ese foco y encontrarán más respuestas a este texto) y últimamente, la luz ciega la noticia por alumbrar el detalle, no siempre interesante. Buceando por esa prensa regional que tengo sobre la mesa, me topo con el artículo semanal de mi compañero Manu Pérez en El Periódico Extremadura. Un artículo de opinión sí permite usar la lupa sobre esos detalles que se esconden en medio de la selva informativa. Sin embargo, percibo que durante la semana ya se ha tratado la anécdota, se ha sobredimensionado y se ha convertido en primera página. La foto (ilustrativa) del texto de Manu muestra a José Antonio Monago con su constitución en la Conferencia de Presidentes. Imagen manida, repetida durante la semana y usada por todos los medios como icono de ese acto. El presidente del Gobierno de Extremadura también llamó la atención en Madrid por su pulsera verde en apoyo a Esperanza Aguirre (podría haber llevado una roja y haberse acordado de Santiago Carrillo, pero no pasó. Tampoco tenía que hacerlo).

Monago -no es una crítica, es una apreciación- se presentó en la Conferencia de Presidentes como el personaje que se cuela en el Salón de Loterías cubierto de décimos el Día del Gordo. Es la única forma de que las cámaras le enfoquen. Si fuese vestido normal, nadie repararía en su presencia. Monago asume su papel secundario, aprovecha la inquieta atención de los medios por la anécdota y saca su minuto de gloria para poder extender su discurso. Discutible pero lícito, como lo eran los altisonantes discursos de Ibarra que permitían que el nombre de Extremadura siempre estuviera presente. Otra cosa es si favorece o perjudica al debate, si lo enriquece o lo empobrece, si mejora o lastima la imagen de la región. Al fin y al cabo, Extremadura vuelve a aparecer como extremo a las políticas catalanistas. No percibo yo esa realidad de forma tan ferviente en la calla, pero como esa etiqueta ya la tenemos... Habrá que aprovecharla (dirá Monago) para que España recuerde que hay regiones más allá de Madrid, País Vasco y Cataluña (que hay más equipos que no son Madrid y Barcelona). Y Extremadura entra en el juego mediático y gana la otra liga, aunque no se habla de fútbol (de política) y se transmita una realidad menos informativa, menos valorada y, por tanto, menos comprada, aunque sea más rentable.

Y en la anécdota nos perdemos, y cuestionamos el qué, la realidad no importa, el "cómo" se sobrevalora o se minusvalora porque no es el mismo "cómo" el que yo defiendo al que me encuentro y entro en un debate intrínseco que no sé bien "cómo" explicar aunque creo que todos sabréis a estas alturas "qué" quiero decir.

Y entre tanto, sigo leyendo, y me detengo en el símil cinematográfico de Manu Pérez sobre los presupuestos y la búsqueda desde los gobiernos de ese dato al que agarrarse como Di Caprio con la madera del Titanic. Amigo Manu, como en el Titanic, en esa madera hay sitio para más gente, pero hay muchos que prefieren llorar la pérdida de otros por el camino mientras ellos siguen acomodados en su mísera abundancia.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Parábola del A6

Una empresa (llámala E) ha decidido renovar su flota de vehículos. No es que los coches que tienen actualmente estén totalmente estropeados, posiblemente pudieran aguantar en la carretera unos años más, pero cierto es que los kilómetros pesan, que su tecnología parece desfasada y que la seguridad no es la misma que la que ofrecen las nuevas gamas existentes en el mercado. Por eso, y aprovechando la coyuntura de descenso en los precios, la empresa ha decidido dar el paso adelante y renovar ahora su flota de automóviles.

Se da el caso de que, en estos momentos, la crisis no permite grandes beneficios. Afortunadamente no existen pérdidas, pero la liquidez de las arcas de la empresa es limitada. El gerente ha decidido por tanto solicitar un crédito para poder llevar a cabo la inversión. Cual ha sido su sorpresa al acudir a su habitual entidad bancaria que los años de trabajo juntos, la solvencia en sus cuentas e incluso los intereses que ha dejado con el paso de los años no sirven para calmar la crisis financiera o, al menos, para encontrar un precio mejor al existente en el mercado. "Es lo que hay y no podemos hacer nada más. Da gracias al menos de que, por ser tú, podemos concederte el préstamo. A cualquier otro no se lo daríamos". Esto le ha dicho el siempre servicial y sincero director de la sucursal. La respuesta no es ni satisfactoria ni suficiente. El crédito es desmesurado y el precio final del vehículo se multiplica de una forma que, si hay que hacer frente a esos intereses, el puesto de trabajo del personal de la empresa podría ponerse en peligro si no se cumple con las expectativas de venta en los próximos trimestres.

Ante esta situación, y decidido a cambiar de vehículos, y enamorado por las prestaciones del nuevo A6, nuestro empresario toma una iniciativa: pagar el nuevo coche (para uso exclusivo de la dirección de la empresa, permítanme el matiz) sin acudir a crédito alguno. Como ya hemos dicho anteriormente, el dinero líquido brilla por su ausencia y los ahorros del emprendedor trabajador se encuentran en un fondo de inversiones que no permite ser retirado en este momento. Así, (ante la nula posibilidad de que las ventas se incrementen un 1000% en el próximo mes) la única manera que cuenta para poder hacer este pago en efectivo de inmediato es pedir un esfuerzo al resto de trabajadores. El próximo mes cobrarán la mitad. Al fin y al cabo, es por su bien, piensa el empresario. El A6 es una adquisición que va a mejorar el servicio de la empresa.  Hay que comprarlo. Pero endeudarse conllevaría (casi con toda seguridad) el despido de trabajadores, por lo tanto, seguro que, si les doy a elegir, ellos también van a preferir un puntual descenso salarial a un ERE que acabe con sus puestos de trabajo.

Y así es como, de forma unilateral y deliberada, E (E de Empresa, E de Estafa, E de Engaño, E de elecciones, de Estado, E de Extremadura, E de...) decidió descender el salario a sus trabajadores para asegurar sus puestos de trabajo. Y así es como E les planteó a sus trabajadores que deben dar gracias por seguir manteniendo su ocupación, aunque se hayan mermado sus derechos. Y es que son muchos los que no tienen esa suerte. Y digo yo, ¿por qué a un derecho constitucional se le llama suerte? ¿por qué se dice que es un privilegio tener trabajo cuando la realidad es que es una injusticia social y probablemente inconstitucional no tenerlo o, al menos, no tener la posibilidad de acceder a él?

Desde el momento en el que empezamos a dar gracias por lo que nos pertenece, iniciamos el camino a ceder nuestros derechos.


Sin querer, llegará abril pero oscuro y sin claveles
y tú mirarás los días como quien mira la nieve
caer sobre la ciudad, alunada y siempre hambrienta
y la crisis va llenando de dormidos las cunetas.
Y tú hibernando, ausente, exhausto y sin latido,
vencido por el miedo y la luz de los mercados,
cansado ya, quizá de estar perdido. Perdido.
Cuando el trabajo te escupa cual carozo de cereza
rodarás pendiente abajo. No quedará quien proteja
a la virgen del dragón. Cuando suenen las alarmas
la marea habrá subido acorralándote en la cama.
Despertarás entonces, desarmado y cautivo.
Y como quien regresa a la casa en que fue niño
todo parecerá más pequeño, más oscuro:
el horizonte, la llama y el futuro.
Y entonces dime qué harás.
Despierta,
ya verás, que te están esperando,
paciendo en el portal una reata de pegasos
para cruzar el cielo tras la estrella del vencido
y hacerse las preguntas que exigen estar aún vivo.
Despierta,
has de pintar nuevas constelaciones
para que navegantes extraviados en la noche
encuentren el camino que les acerca al mañana
en el que Prometeo burla al dios y trae la llama.
Que el destino no parió la miseria en la que duermes,
nació de las voluntades de mil hombres y mujeres,
que nada está escrito para siempre.
Despierta.
El invierno llegará, arañándote la espalda,
mirarás el telediario como quien lee un telegrama
que trae pésames y flores. Mientras mascas los silencios
te robarán la memoria nigromantes y usureros.
Aquellos que ahora bailan celebrando la hoguera,
en que arde tu futuro, herido de hipotecas,
de dulce mansedumbre, narcótica ceguera,
herido y desangrado, el futuro aún espera.
Despierta,
ya verás, que te están esperando,
paciendo en el portal una reata de pegasos
para cruzar el cielo tras la estrella del vencido
y hacerse las preguntas que exigen estar aún vivo.
Despierta,
has de pintar nuevas constelaciones
para que navegantes extraviados en la noche
encuentren el camino que les acerca al mañana
en el que Prometeo burla al dios y trae la llama.
Que el destino no parió la miseria en la que duermes,
nació de las voluntades de mil hombres y mujeres,
que nada está escrito para siempre.
Despierta. Despierta. Despierta. Despierta

"Despierta" Ismael Serrano. Disco: "Todo empieza y todo acaba en ti"

domingo, 9 de septiembre de 2012

Di que sí

Me emociono cada vez que la escucho, por lo que significa, por lo ha conseguido, por lo que me une a ella, porque me levanta el ánimo, porque me recuerda que si se quiere se puede, porque me ayuda a decir cada mañana que sí, porque es deporte, el deporte como me gusta, desde el optimismo y la superación sin pensar en superar a nadie. Porque es El Desván del Duende. Enhorabuena, amigos.

http://www.youtube.com/watch?v=N4wyGOYbyZk

jueves, 6 de septiembre de 2012

Ganas de llorar

Candela pasea por la casa mientras desayuna una galleta. Camina desde el lunes. Se levantó, se puso a andar y ¡cómo si lo hubiera hecho toda la vida! Ahí está, recorriéndose la casa, el salón, galleta en mano, mirada dulce y sonrisa pícara en boca. No va a desayunar más. No ha querido papilla, tampoco leche.

No importa, después de pasarse un día comiendo menos de lo habitual (por debajo de sus posibilidades), se ha despertado a las ocho y media, ha señalado el biberón que había en la mesilla y ha dicho con su vocecilla "¡más, más! Eso es que tiene sed o hambre. No quería agua, así que era hambre.

Ha comido, ha empujado el biberón cuando no ha querido más, me ha dicho que no cuando la he preguntado, se ha puesto el chupete y se me ha abrazado para seguir durmiendo. Ahora está aquí, despeinada, pidiéndome agua mientras escribo. Es por estas pequeñas cosas por las que me dan ganas de llorar. Cuando se acerca a la tele y empieza a hacer el orangután (quiere ver los cantajuegos); cuando coge a la muñeca y me la da para que la haga llorar y decir "mamá"; cuando corre detrás de las pelotas, las tira debajo del sofá y me mira, y dice "no está"; cuando hace sonar la música de su andador y baila mientras ríe...

Son estas pequeñas cosas las que me sacan las lágrimas, las que me secan por dentro, las que me hacen maldecir la carretera, y la distancia, las horas lejos. Y más ahora, que tú ya no compartes mis desayunos, que no despertamos juntos, que septiembre vuelve a separar nuestros bostezos.

Quizá sea verdad que decidimos que esto fuera siempre así, quizá sea verdad que seamos unos afortunados, quizá sea verdad que debamos dar gracias, pero no puedo dejar de pensar que me apetece llorar, no sé si de alegría o de tristeza, quizá por ambas cosas. Quizá sea verdad que el tiempo pasa más rápido cuando estamos juntos los tres.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Un domingo cualquiera

Despiertate a las cinco y 20. Apaga la alarma. Quédate 10 minutos más en la cama. Tienes tiempo. Lévantate. Escucha a tu hija llorar. Leve caricia poco consoladora. Tómate un café de cápsula. Escucha el molesto silencio de la madrugada. El frigorifico hace un ruido monótono e hipnotizante.

Lávate, peinate o haz algo que se le parezca. Vístete en el baño para no despertar a tu hija. Ya estaba despierta. Abraza a tu hija. Sácala de la cuna. Vuelve a acostarla. Clava la rodilla en el pie de tu mujer antes de darle un beso de despedida. Date cuenta entonces de que todavía estás medio dormido.

Coge el coche. Que él elija que música es la más apropiada para hora y media de viaje. Cambia tu rumbo. Hay un accidente que corta la autovía. Piensa en la que podría haber pasado si no te hubieras equivocado al poner la alarma. Sigue conduciendo. Canta, vive la euforia de las 6.30 am. Bajonazo al canto mientras canto. 7am y todo un día por delante. Queda otro más todavía en el horizonte para poder volver a ver a tu mujer y tu hija ¿Dónde está el campo de María Auxiliadora? Llama a la radio y avisa del accidente. Llega a la radio. Pon el dedo en un sensor cada día con más huellas. Lee las noticias. Redacta tus noticias. Cuenta las noticias. Enciende el twitter. Bienvenido al jodido domingo.

lunes, 25 de junio de 2012

Eres

Eres ser, soy sed.
Eres agua de amanecer, rocío de hierbabuena.
Eres manantial y luz
El rojo de mis venas y mis ideas
Eres todo, yo la nada
en la que tu paz descansa
Eres luz y candela, eres brillo
y estrellas en los ojos
Eres llama y fuego, hoguera de San Juan
Crujir de sueños, crepitar de tacones
Baile de verbena, mi día de ferias.
Eres esperanza
de este mundo inocente,
Eres fe
de este dios castigador
Eres ser, mi ser, mi forma de ser.
Eres.

viernes, 8 de junio de 2012

La prima de riesgo

Enciendo la radio, pongo la tele, abro el periódico. Todos los medios nos atormentan y ametrallan con la prima de riesgo. El diferencial del bono español a 10 años con el bono alemán. Hombres de traje y corbata, mujeres de coche oficial, crisis financiera y los bancos como destino de todas las miradas. Hace tiempo que defiendo una política diferente, una mirada distinta, un cambio a la hora de actuar, de repartir el dinero de forma más justa y no de repartir las deudas de forma inmoral.

No existirá, no lo afrontarán hasta que no haya un cambio de perspectiva, de posicionamiento, de asentamiento en la realidad. La prima de riesgo no está en el parqué de la bolsa, la prima de riesgo no está en la sede central de ningún banco, la prima de riesgo no está en Bruselas, Berlín ni Madrid. La prima de riesgo está en la calle, en la tienda de cada día, está en el ferial, en recortar tus necesidades, en sesgar tus alegrías porque, simplemente, no las puedes pagar. Clase política, salga de su despacho y camine. Camine y observe. Observe como la gente pasea y no compra, no consume. Se consume porque no puede, no tiene y, por obligación, se abstiene. Observe como la gente se conforma, recicla de su basura para el día a día o elige -posiblemente más banal pero igual de necesario- qué día salir para disfrutar de sus fiestas. Escuche como el Bingo retrasa sus primeros números, como los camellos se han quedado -al igual que nuestros estudiantes- sin posibilidad de carrera. No hay, no da para más este salario. No se puede ante tanto recorte de nómina y tanta subida de precios, no se puede con tanta gente en el paro.

No somos cifras, somos personas, con nombres y apellidos, con facturas nominales, con gastos necesarios, con obligaciones y también con necesidades. La prima de riesgo vive en la calle. La prima de riesgo es contar las monedas, privarte de todo para asegurarte lo imprescindible, es convertir lo imprescindible en innecesario, es todo eso y más. Clase política, salga a la calle y vea la realidad de sus medidas, la consecuencia de sus actos pasados, la crudeza de su derroche. Observe como la sombra de ese inacabado Palacio de Congresos devora las ilusiones de cada año. Y disfrutar de la feria, de una caña con los amigos, de la risa de nuestros hijos en el scalextric no es vivir por encima de nuestras posibilidades. No nos quieran convencer de eso, no quieran privarnos de lo cotidiano. Es nuestra vida y tenemos derecho a vivirla a nuestra manera. Paguen ustedes sus facturas, déjennos pagar las nuestras. Salgan a la calle y observen la verdadera prima de riesgo. Quizá, si lo hacen, den la vuelta también a su vida, a sus creencias y por fin se percaten de lo que significa la palabra crisis. Creo que todavía no son conscientes de cada cifra, que porcentaje, cada medida suya tiene nombre, rostro, sentimientos.