jueves, 10 de enero de 2019

Déjala que baile

Con mucha frecuencia, he tenido una extraña y desagradable sensación de que los logros alcanzados por las mujeres y el feminismo, que las barreras superadas, más que méritos del propio feminismo eran concesiones, eran espacios que no se habían ganado sino que el machismo había dejado que ocupasen las mujeres. Como el “Déjala que baile”, que ella bailará no por ser libre sino porque él la deja, a veces he pensado que la mujer ha ido superando las barreras que el machismo dominante ha decidido ceder, bien por estrategia o bien porque no les implicaba ninguna cesión (como esa sección de “En Femenino “ de Marca que, en verdad, no resta ni un ápice al protagonismo, al número de páginas ni a los recursos que se dedican a las competiciones masculinas).
Creo esto cuando pienso en el acceso al mundo laboral, a trabajos normalmente de menor remuneración, sin que su incorporación laboral implique la asunción de los hombres a las tareas domésticas y cuidados (con el equivalente problema que esa falta de implicación y equilibrio supone para la conciliación, ya que el hombre no está dispuesto a cubrir las tareas que, hasta entonces, desempeñaba la mujer).

Lo pienso cuando veo que lo más frágil y lo primero de lo que se prescinde a la hora de recortar es, precisamente, esas pequeñas cotas de protagonistas femeninas; también cuando veo el escaso número de mujeres directivas, por las muchas barreras sociales que aún se interponen, en muchos casos vinculados con la ya citada feminización de los cuidados y, las pocas que existen, en muchas ocasiones, están acompañadas de una duplicidad de altos cargos y nuevos lugares para que el hombre siga teniendo presencia y poder, aunque sea (parezca, en muchas ocasiones, con una mujer directora pero un consejo de administración plagado de hombres) compartida. Lugares que estaban prohibidos para las mujeres a los que han logrado llegar teniendo que demostrar más veces que valen para ello (a los hombres se les da por hecha la valía, ellas la tienen que demostrar, de ahí la importancia de las cuotas, que no son elegir mujeres por ser mujeres sino dejar de elegir hombres por el mero hecho de ser hombres, aunque esa elección fuera inconsciente) pero sin que esa llegada suponga un retroceso en la situación de privilegio masculina.

Miro las conquistas y sigo sin ver igualdad. He querido pensar que no, pero siempre ocurre algo que me dice que se ha avanzado hasta donde las han dejado, que toda conquista estaba controlada, que no era progreso sino concesiones “Déjala que baile”. Y, cuando el feminismo era imparable, cuando la voz ha pasado a la acción y ha salido a la calle, cuando además de la libertad se ha pretendido la corresponsabilidad, cuando el machista gobernante ha sentido que peligraba su posición de superioridad, cuando ellas han dicho que mientras bailan, otros tendrán que hacer los que ellas hacían durante sus bailes (porque nosotros nunca hemos parado de bailar) ellos han dicho basta y han frenado el avance diciendo que no más concesiones. Ya no bailáis más.
Pienso muchas veces esto pero no lo he querido expresar porque sentía que es una especie de traición al feminismo y a las mujeres que han peleado por alcanzar estas metas y sin las que sería imposible e impensable los avances conseguidos, por muy controlados que estén esos avances por el patriarcado que hoy se opone sin complejos a que la igualdad sea total.
Otras veces soy más optimista y pienso que es justo al revés, que las conquistas son reales y que son ellos los que creen que todo sucedía bajo su tutela, que las estaban dejando bailar y que pueden ahora obligarlas a parar porque no les gusta el baile, pero ya no hay quien pare y que el camino hacia la igualdad es irrevocable pese a la fuerte contrarrevolución.
Sea como sea, toca más lucha y más feminismo.

sábado, 5 de enero de 2019

Guía rápida para detectar si eres machista

1. Llamar guapa a tus amigas o a mujeres desconocidas que si dirigen a ti pero no hacerlo nunca con los hombres.
2. Si llamas guapo a los hombres pero lo haces siempre en tono burlón o haciéndote el "mariquita" (ojo, cuídate también la homofobia)
3. Si te parece rancia o antipática una mujer que no te da dos besos cuando te la presentan pero no se los das nunca a un hombre o, incluso, te parece raro que un hombre te vaya a dar dos besos al presentarse. 
4. Si prefieres salir sólo con tus amigos si tienes pareja porque te sientes más libre. Míratelo, en serio.
5. Si insistes a un amigo en que beba y nunca lo haces con tus amigas. Si te ríes de tus amigos porque no aguantan la bebida y no lo haces con tus amigas. En estos casos, eres machista. Si lo haces con los dos sexos, eres un pesado. No lo hagas más.
6. Si crees y hasta te indigna que ya no se pueda piropear a una mujer por la calle pero te molestaría que un tío te piropee por la calle a ti ¿Te has mirado ya lo de la homofobia?
7. Si haces chistes con tus amigos que no harías delante de tus amigas o si lo haces delante de ellas las pides disculpas. Sí, el chiste es machista, posiblemente de mal gusto y poco gracioso.
8. Si piensas que el rosa es de niñas y el azul es de niños. Si crees que no lo piensas pero te chirría que un niño lleve ropa rosa o con brillantina, un saco de paseo rosa, una bicicleta... Si te chirría más cuando ese niño no tiene hermanas.
9. Si te burlas de los amigos que "hacen lo que dicen sus parejas" y los llamas calzonazos. 
Si además estás especialmente indignado porque se habla de la violencia machista pero también hay mujeres que pegan a sus maridos, que sepas que la mayor dificultad  que tiene un hombre para denunciar violencia doméstica es la machista sensación de vergüenza y ridículo porque le pega una mujer.
10. Si te preocupan todas las violencias (no eres especial por eso) pero no entiendes que la violencia de género es estructural y se produce hacia la mujer por ser mujer.
11. Si te da vergüenza que te pegue y dañe una mujer pero te produce otro sentimiento más relacionado con la ira si el agresor es un hombre.
12. Si te molesta especialmente que te gane una mujer en una carrera.
13. Si te parece raro o excesiva la afectividad de un hombre hacia sus hijos, hijas o amistades y no te lo parece en una mujer.
14. Si no te chirría que te pregunten ¿es para niño o para niña? antes de darte el regalo de la hamburguesería o ¿para hombre o para mujer? antes de que te envuelvan un regalo.
15. Si haces esas preguntas.
16. Si a tus amigas las preguntas con quién han dejado a sus hijos o hijas y a tus amigos, no.
17. Cualquier comportamiento que tengas diferente según trates a hombres o mujeres.
18. Si se te ha ocurrido que entonces es machista tener sexo con ellas porque con ellos no. Eres muy machista porque no entiendes la diferencia entre afectividad y sexo y, probablemente, encamines tu afectividad para conseguir sexo.
Si entiendes los 18 puntos ¡Enhorabuena! Ya sabes oor qué ellas se sienten incómodas y discriminadas en determinadas situaciones.
Si lo entiendes pero te ves reconocido, no te preocupes, hemos sido educados socialmente así. Ahora que has tomado consciencia tendrás más herramientas para corregir tus micromachismos.
18. Si no lo entiendes ni compartes, eres machista y no lo quieres reconocer.
Podéis ayudarme a ampliar la lista.

martes, 1 de enero de 2019

Canción de año nuevo

Busco una canción que me defina, que explique en 4 minutos todo lo vivido en 365 días, que muestre mis penas y alegrías, mi fe y mis desilusiones. Mi desesperación esperanzada.
Busco esa canción que ilumine la nochevieja, que te dé calor y cobijo, que te agarre de la mano y te saque a bailar o cure de caricias tu tristeza y tu culpa.
Busco esa canción que nos despierte, que nos levante y que nos mueva por amor, que nos convenza del propósito de ser cada día mejores personas. Sólo eso, ser cada día un poquito mejores personas.
Busca esa canción que me habla de ti, que me recuerda que sigues ahí, como cada noche, aunque no estés. Esa canción que te recuerde que sigo aquí aunque a veces me olvides.
Busco una canción que nos una bajo una misma bandera, en un pentagrama sin fronteras ni diferencias.
Busco una canción de amor y un credo para abrir las ventanas al año nuevo, para abrir las puertas a quien quiera entrar, para que el viento se cuele y limpie todo el polvo y el lodo que no nos deja en paz.
Busco una canción que haga callar el ruido, que se eleve y traiga la paz que tantos días me faltó, que me mezca a vuestro lado y me permita soñar.
2019 traerá nuevas canciones y nuevas oportunidades. Espero saber bailar y no defraudar.
Feliz año nuevo.
https://youtu.be/ZnfG7aK1bDI