Hace una semana, el Tribunal Supremo avanzó su decisión de que el complejo Marina Isla de Valdecañas debía ser demolido y volver a su estado anterior al haberse construido en una zona ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) de la RED Natura 2000, constituida a principios de los 90.
La Sentencia viene a ratificar su decisión de 2014 y la del TSJEx en 2011, pero que siguió un largo proceso judicial porque en medio del litigio, la Junta de Extremadura decidió cambiar la Ley de Suelo para tratar de hacerla legal con carácter retroactivo. Independientemente de la opinión personal de cada uno sobre la zona, la dejadez medioambiental que propiciaba un mal estado de conservación antes de la llegada del Resort, tras pedir un estudio independiente que dictaminó que "la opción más beneficiosa es la restauración ambiental de la isla", en 2020, el TSJEx hizo lo contrario y estimó el recurso que mantenía en pie lo ya construido y obligaba a derribar el resto.
La semana pasada, el Supremo contradijo al TSJEx y volvió a dar la razón a la denuncia desde colectivos ecologistas.
Desde ese día, la opinión publicada y el debate ha tornado sobre la cantidad de zona protegida que tiene Extremadura, sobre sus beneficios y teóricos perjuicios y sobre la posibilidad de reducir la zona protegida o reducir las restricciones. Y han gastado todos los esfuerzos, energías y medios desde la Junta para dirigir hacia allí el debate y no hacia sus responsabilidades en sus reiteradas y continuas acciones ilegales y para argumentar que el gran problema de Extremadura, de su paro y su despoblación proviene, precisamente, del exceso de restricciones y de protección medioambiental (recuerden, en 1992 se creó la RED Natura 2000), del excesivo celo ecologista y de las decisiones judiciales que pretenden derribar el complejo. Un complejo ilegal. Huelga decir que mantenerlo en pie, como pretendía el TSJEx, sentaría jurisprudencia y allanaría el terreno a volver a la política de hechos consumados: construir donde no se puede hasta que la justicia intervenga, sin solución ni marcha atrás pese a tener razón en la denuncia. O lo que es lo mismo: los que actúan contra la ley beneficiándose de la ilegalidad.
Por otro lado, cuesta creer que en con la emergencia del clima climático tan presente, con promesas de economía verde y circular en los programas, con la necesidad de unas políticas de desarrollo sostenible por las evidencias del citado cambio climático y en plena ola de sequía y altas temperaturas en pleno invierno que tienen los embalses bajo mínimos, también el de Valdecañas, se ataquen las medidas de protección ambiental para defender instalaciones como Elysium City o Marina Isla de Valdecañas, que soporta 8 decenas de piscinas privadas, además del consumo de agua que requiere el mantenimiento del campo de golf, el hotel y las más de 100 viviendas de lujo que allí se construyeron.
Pero, más allá de estas consideraciones, vayamos a lo que se ha publicado estos días sobre las zonas protegidas, lo que ha supuesto la protección y lo que dicen que impide y a los datos concretos.
Ya desde que se conoció el avance de la sentencia, tanto Vara (presidente desde 2007 hasta 2011 y desde 2015, hasta ahora. Es decir, en plena construcción del complejo) y Monago (presidente desde 2011 hasta 2015, durante las primeras sentencias y el intento de cambio de suelo) pusieron las culpas sobre las restricciones en suelo protegido y acusaron a estas de impedir frenar la despoblación y crear empleo.
¿Qué dicen las cifras? Empecemos por el proyecto. Marina Isla de Valdecañas. Los datos desde el inicio de las obras nos demuestran que ni ha frenado la despoblación, ni ha aumentado la creación de empleo, no sólo en los dos municipios en los que se encuentra (El Gordo y Berrocalejo), sino también en el resto de poblaciones aledañas (Navalmoral, Peraleda, Bohonal de Ibor).
Es más, la propia sentencia del TSJEx de 2020 en la que se denegaba la demolición ya reconocía que el complejo no estaba creando un gran número de empleos.
Hay que recordar que el proyecto se aprobó como PIR (proyecto de interés regional) buscando con esta catalogación saltarse las protecciones. Los datos demuestran que no hay tal beneficio regional y que los ricos vienen pero la riqueza ni se queda ni se distribuye en Extremadura, ni tan siquiera en la zona del Campo Arañuelo: son apenas un centenar de empleos (150 en el mejor de los casos) los que genera el complejo de casi 135 hectáreas y con unas 150 viviendas privadas.
Como demuestran los gráficos de evolución de paro y población, el Resort no ha tenido consecuencias apreciables en evitar la despoblación o el desempleo.En esa lucha, en la gran promesa del ejecutivo de Guillermo Fernández Vara, el gran proyecto presentado para esta legislatura a finales de 2018 y que da sus pasos para intentar realizar sus primeras obras antes de las elecciones de 2023 (cuando se suponía que iba a estar terminada la primera fase del proyecto), el presidente lanzó un nuevo ataque que ha sido secundado por la prensa: la RED Natura 2000 impide el desarrollo (sigo alucinando con estas declaraciones) y hay municipios que por las restricciones no pueden realizar ni una residencia de mayores.
El ex diputado de IU Víctor Casco preguntó por qué municipios habían solicitado una residencia de mayores y habían obtenido el no por las restricciones medioambientales. Nadie contestó a esta aseveración que parecía ser una exageración del presidente. Pero sí aparecieron días posteriores, ante la apariencia de falsedad de las declaraciones, noticias que apuntaban a esa situación.
El domingo salen dos noticias al respecto: una, en el Diario Hoy, que dedica su portada a cuestionar los beneficios de la Red Natura 2000, y otra en Canal Extremadura Televisión, que hace lo mismo e incide en la imposibilidad de construir instalaciones como residencias de mayores o centros escolares. Es curioso lo de los centros escolares teniendo en cuenta que la política ante la despoblación está siendo el cierre de colegios (recientemente, uno en Mérida) o de aulas. Pero vayamos a los datos.
Empecemos por lo primordial: los beneficios de la Red Natura 2000 que ahora se quieren poner en duda.
La noticia de Canal Extremadura se fija en dos municipios: Serradilla, en pleno Parque de Monfragüe, y Baños de Montemayor.
Vamos a poner en contexto. La mayor pérdida de población en Serradilla tuvo lugar entre 1960 y 1980 (-2000). De hecho, la denominación de Parque Natural contuvo la despoblación. Desde entonces, la población ha descendido en 800 personas.
La otra cuestión que planteaba la noticia de Canal Extremadura era la imposibilidad de realizar una residencia de mayores en la localidad. Así lo destacaba en el subtítulo de la noticia, si bien esa afirmación se tornaba a pregunta tanto en la introducción de la pieza en el informativo como en el propio texto. Y no aparecía referencia ni denuncia alguna al respecto.
Es raro que en un municipio que pierde población, sin edificios altos y principalmente diseñado con casas, no se encuentren terrenos o fórmulas para conseguir terrenos que permitan la construcción de otra residencia.
https://www.canalextremadura.es/noticias/extremadura/el-problema-de-los-trece-pueblos-protegidos-no-nos-dejan-progresar
Similar tendencia a Serradilla mantiene Torrejón el Rubio. En este caso, los dos descensos más drásticos se dan hasta la declaración de Parque Natural y después desde finales de los 90 hasta 2004-2005, coincidiendo un sostenimiento con la declaración de Parque Nacional (2007).
Cuesta creer que en un municipio que está en la zona de influencia de Almaraz y en el que en 2006 se abrió un Hotel Spa privado de 200 hectáreas se hable de que los terrenos protegidos no permiten construir una residencia de mayores.
¿Afectó la Red Natura 2000 negativamente a Serrejón? Su creación en 1992 coincide con un frenazo a la despoblación y un ligero alza en esos primeros años (hasta 595 en 1999). Desde entonces, ha ido bajando con oscilaciones hasta los 406 actuales (más que en 1991). De esos datos de población, vemos como en los últimos 15 años (desde la declaración de Marina Isla de Valdecañas como PIR), la tendencia de la población ha sido también a la baja y tampoco ha supuesto una contención del desempleo.