lunes, 31 de agosto de 2009

Alejandro

El sol se pone bajo su panza. Su último rayo tiñe de un color cobrizo el primer gesto de amor. Una caricia inrrumpe un sueño dulce y despreocupado. El movimiento sencillo de un puño cerrado que se abre a la nueva vida despierta la atención de ojos abiertos como una luna llena. El caprichoso satélite ansía la paternidad de una cara redonda, al princio arrugada, que busca su parecido en el pasar de las horas, en el espejo de sus brillantes pupilas.

Una sonrisa plácida, una mirada cómplice, un abanico de abrazos que airean el amor de años esperando.

Llega como el calor del último fin de semana de agosto aliviado por una garganta de agua rujiente entre las montañas espectantes del Valle del Jerte.

Llega como el verde que sorprende en las sombras cumbrosas de la Vera.

Llega de madrugada, como el rocío que baña de aroma los jardines de nuestra serenidad.

Llega al amanecer, como un nuevo día, unaa nueva vida que promete un nuevo mundo en el que cada hora se descubre una felicidad inalcanzable.

Llega y yo le veo en la distancia. Cierro los ojos y allí está, descansando, tranquilo, sonriendo y contagiando alegrías.

jueves, 27 de agosto de 2009

Sonrisas

Patricia, donde va triunfa.
Alejandro, felicidad en el es-tío.

lunes, 24 de agosto de 2009

No tiene precio

Disfrutar de una charla pendiente desde hace años tirado en una manta enredades en el olor de la naturaleza.
Recordar el pasado, la infancia, las risas y los castigos con el agua de testigo y la noche de agosto de sinfonía.
Un domingo en familia.
Las miradas de deseos.
Los te quiero silenciados y silenciosos.
Recuperar el tiempo de amigos que siempre están ahí, aunque no estén.
La serenidad de una sonrisa renacida en los brazos de un buen amigo.
La paz bajo las estrellas.
Las charlas que no deben tener fin.
Escuchar a tus hermanos, sean o no de la familia.
Ver reír a la gente que quieres...

viernes, 21 de agosto de 2009

Las mieles de la luna

Subidos en vetustas piedras conquistadas por dioses humanos, asombrados por el inmenso mar, asustados por un cielo puro, pintando estrellas mientras sueñas poemas que se pierden y viajan en la espuma de las olas saciamos nuestra sed de fantasías.

Marea que emborracha los deseos de conocer tierras nunca visitadas, imaginadas en las sombras que nadan por nuestras cabezas y bucean entre sábanas de seda que descubren los encantos de una cueva donde cobijar las heridas de batallas no fraguadas.

Camina, revienta, levanta tras horas de pie. Reconoce terrenos todavía por descubrir, descubre cada día terrenos irreconocibles, calles que se pierden en el calor de un verano inolvidable. Vigila mi cara, no vaya a perder la sonrisa que encontre en el reflejo de un río en el que vertimos nuestra naturaleza de amarnos.

¿Fue todo un sueño? ¿Acabará algún día la pesadilla de contar en soledad lunas nuevas?

lunes, 10 de agosto de 2009

25 de Julio de 2009


Hoy celebramos nuestro futuro. Quizá hoy las olas no serenen nuestros sueños, la arena no cubra nuestras pieles ni tu aliento arrope un corazón de piedras, pero hoy este valle se ha convertido en la playa donde encallan nuestras promesas y el Jerte el río en el que navegan nuestros deseos.


Deseos de celebrar cada día en nuestra calle el carnaval de Notting Hill, promesas de abrazar cada día las ansias y añoranzas de la niña de mis ojos.


Por eso, hoy no pido, ni prometo que cada octubre sea un 25 de julio ni cada domingo un 14 de febrero, ni siquiera que cada palabra sea una caricia a tu corazón.

Hoy no pido ni prometo que cada noche encuentre en el otro lado de la cama a alguien que cuide de mi, que me dé paz, que se duerma en el recoveco de mi pecho, que me descubra en cada conversación de madrugada que existe un universo de pequeñas cosas y que se divierta en charlas cómplices que me sirven para tocar el cielo.

Hoy no pido ni prometo felicidad. Podría perder y no lo soporto.

Lo que sí aseguro es intentarlo. De hecho, te invito a mi futuro.


Aseguro darte mi comprensión, juro que no habrá día que no quiera morir en tu veneno, navegar por él y anclar mis emociones en la orilla de tus encantos. Prometo guardar junto a tus besos la libertad propia de gente sola.

Prometo vestirme con tus lunares para bailar alegrías y alegrarme por haber encontrado alguien que llene mi vida con ciega fe, con la confianza plena que regala la fuerza del corazón.

Te aseguro que en cada segundo de mi soledad me levantaré de buena mañana, pues en mi silencio pensaré en el destello tu cuerpo iluminado por el resplandor de nuestra tele.

Hoy prometo regalarte los colores de nuestra papelera de todo a cien para que pinten el gris de aquel día de hace 10 años en el que nos alejamos con un portazo repleto de caricias bajo la cadera y saquen la luz del día siguiente, en el que nos acercamos en la oscuridad de una película que pasamos muertos de risa.

Me gusta eso de saber que aquella pequeña criatura ya no es tan pequeña y que ha crecido sabiendo que hubo un parque, una carpeta y un folio en el que hicimos un trato y firmamos tener paciencia y aguante.

Por eso hoy quiero renovar nuestro contrato. Hoy prometo aguantar los segundos sin tu mirada, y alentarte cada segundo para que vivas a mi lado, aunque no pase un día sin preguntarme aquello de qué andarás haciendo ahora y no pase un noviembre en el que los árboles lloren en las hojas de tu ausencia y el viento busque nuestros lugares comunes.

Ya quisiera yo despertarme cada día con el calcetín quitado, con el aroma de tus besos en mi frente, con el tacto de tu pelo en mi pecho, con el sonido de tu voz cantando en las sombras, con el amor en todas partes.
Hoy, 10 años después puedo prometer que te has convertido en la irremplazable.

Eres la mejor persona que he conocido, eres lo que soy y siempre he tenido claro que quería estar contigo el día que me sorprendiera mi primera cana. Contigo siento que puedo ser mejor persona, que no sólo los tontos se enamoran y que puedo lanzar gritos de esperanza porque todavía queda mucho por aprender.

Yo prometo hacerlo, prometo vivir como tú me ha enseñado, maestra, mejor en tu presencia que en tu ausencia porque Patricia, tu eres y serás todo para mi.
Patricia, sí, te quiero.