sábado, 31 de diciembre de 2011

Año de luz

Se apaga el 2011. El sol nos deslumbra con sus últimos rayos, calienta nuestros recuerdos y pone a hervir la sangre de las emociones pasadas. Se va un año difícil, un jodido año en el que nos han tratado como primos, nos han atemorizado con los riesgos y nos han secuestrado nuestro bienestar a base de recortes y amenazas, de miedos y mentiras, de falsas elecciones y urnas rutas por la mentira y la desigualdad. Nos indignamos, gritamos al vacío, a los oídos necios de pobres ricos que gobiernan un mundo que lucha por un futuro irremediablemente mejor. Seguiremos gritando, en silencio les chillaremos que otra vida es posible, que otro reparto es posible, que otro equilibrio es necesario.

El paro, la crisis, la prima de riesgo, los recortes. Ante ellos, nuestro pan, nuestro trabajo, nuestra esperanza. Nos obligan a pagar lo que otros cobraron, señalan con el dedo las manos de nuestra labranza mientras cuentan con sus manos las riquezas que acumulan a sus país. Dignifican al verdugo. En su soga, nuestra supervivencia. En su clemencia, nuestra vida. En su mano, nuestro futuro, en nuestro futuro, la oscuridad de una culpa inexistente, inventada. En su crédito, su descrédito. No hay dinero para pagar tanta avaricia.

Pero vendrán otros tiempos. Otras luces de esperanzana ya nos alumbran desde este 2011. El fin de ETA, vivir sin miedo, sin amenazas. Luz para un año de oscuridad. Ya no habrá bombas debajo de tu coche, ya no te esperará una bala al otro lado de la calle, ya no habrá cartas que aniquilen tu libertad. Respiraremos mejor, abriremos las ventanas para saborear el humo que echaron de los bares, creeremos en la libertad, aunque sigamos presos de esta democracia. Volarán nuestras alas y, con ellas, nuestras ideas, nuestra voz, nuestros cánticos, la cultura de un pueblo. Se va un año malo, amenaza con llegar otro peor. No lo permitiremos, lucharemos por un mundo irremediablemente mejor en el que habrá más paz que amenazas, más abrazos que miedos, más amigos que traiciones, más pasiones que dinero, más ilusiones que recortes, más acciones que palabras. Habrá más luz, más soles, más fuego, más candelas que alienten y calienten nuestros sueños. Candela. Luz para un año de oscuridad. Luz y más luz en un año resplandeciente. La luz que ciega mis problemas, la luz que me permite ver las soluciones, las esperanzas. Luz y candela.

Candela. Creía conocer el amor, creía conocer la felicidad. No era así. No era del todo así. Había más, había más colores, más sabores, más aromas. Todo cambia con más luz. Todo mejora cuando estás tú, cuando estáis las dos. Abro la puerta del año nuevo, y me alegra saber que me estaréis esperando, con una sonrisa en la cara, tumbadas en el sofá, con la camiseta llena de cereales, con una luz nueva, con un destello en cada ojo, con 2012 caricias. Me gusta pensar que seguiremos compartiendo y repartiendo carcajadas, entre almohadones y cojines, entre colchas y sábanas arrugadas.

Me gusta pensar que tendremos un futuro mejor, que 2012 nos abrazará sin miedos. Tengo esa corazonada. Para ello, para buscar suerte, por si hace falta, por si fuera necesario, por si acaso, tiraremos sal en vez de azúcar a nuestras espaldas, por la ventana. Miraremos por ella todo lo que nos llega. Me gusta pensar que saltaremos de estrella en estrella, de problema en problema, entre apuros y cuentas, aunque nos toque el peor poder. Me complace pensar que nos despertaremos por la mañana al abrigo de una sonrisa cómplice, de una mirada hambrienta de paz, amor y juegos.

Me gusta imaginar que desayunaremos soles, que cenaremos lo que nos dé la gana, que compartiremos lunas en el dormitorio, bailaremos en la cocina la última rumba de diciembre, el primer villancico de primeravera, que seguiremos haciendo nuestros los lunes, que jugaremos en la playa que desemboca en nuestro pasillo, que correremos por él tras sus primeros pasos.

No me importa saber que no dormiré por ver su primer diente, me gusta saber que lo celebraremos juntos, que lo viviremos juntos, que despiertos seguiremos viviendo sueños. Sueños rosas que guardar en el armario para que no nos digan "qué niño tan guapo".

Llenemos de ilusión este 2012, de gritos y palmas, de alegría y miradas. Lloremos cuando ella ría, ríamos entre pucheros, saquemos las cacerolas a la calle, hagamos ruido de fanfarria, cantemos al nuevo sol, a la candela que nos ilumina y da calor, que nos une y nos reta, que nos ama y aprieta, que nos duerme y despierta. Vivamos juntos, los 3. Queramonos como siempre, como nunca, hasta hacer subir la temperatura, hasta derretir el hielo, hasta congelar las estrellas para que nuestro cielo anochezca siempre salpicado de luces de navidad.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Dando candela

Candela siempre aparece en los grupos que me gustan. Lichis, Delinqüentes - Migué Benítez, El Puchero del Hortelano, El Desván del Duende... Todos se fijan en el haz luminoso y crujiente al que nos acerca la palabra Candela. Será por eso el nombre, será por eso que me gusta, será eso lo que tenemos en común, más que el Duende, más que el cobijo y la inmitidad de un acogedor Desván. Supongo que la candela es un buen lugar donde encontrarse, reunirse y reírnos hasta llorar.

Sea lo que sea, la compañía del Desván me vuelve a sorprender. Hace menos de una semana que escucho Besos de Cabra. Bueno, los primeros días sólo lo pude oir. Ahora, por fin, he realizado el ejercicio de escuchar, de saborear, de degustar e, incluso ya, de palmear de forma arrítmica siguiendo otro compás distinto con mis pies. Tenía ganas de tumbarme y oír el disco. Ha tenido que ser justo después de haber compartido con José las primeras impresiones, las sonoras, las melódicas, sin entrar en muchos detalles de los versos.

Si, es verdad, ya me he fijado en que este tercer disco tiene un acento más extremeño, más propio, más suyo, más Desván. Hay canciones que sólo con oirlas me invitan a conversar con ellos. Es como si me hablaran. Su poesía y su conversación inagotable. Este disco ya hace más compañía que el anterior, me saca una sonrisa diferente. Quizá no tenga el temazo, quizá no tenga una canción que destaca sobre las demás, pero es uniforme y es Desván del Duende al más puro estilo. Su alegría y algarabía, su jolgorio y su broma canalla, su humor ante lo serio, su compromiso a carcajadas.

Así, a primer oído, "Villacincos en mayo", "Pasta entre los dientes" y "Tú eres" me han llamado la atención, me han dado un chispazo. Bueno, he de aclarar, estas me han gustado de primeras dejando al margen "Delinqüentes y Poetas". Esta canción no es de este disco, esta canción es de siempre. Esa es mi sensación. Tengo la impresión -positiva- de haberla escuchado antes, pero no en plan Jarabe de Palo, de ¡oh, otra vez lo mismo!, sino de tenerla ya en mi cabeza. Yo creo que ellos la cantaron y yo ya la pensé en alguna taberna. O al revés. Da la sensación de haber estado ahí siempre, desde la primera vez que la escuchas. Quizá sea el eterno vínculo con Delinqüentes, con Matajare, con el Migué Benite poeta, letrista y delinqüente, con ese sentimiento garrapatero que nos ha permitido encontrarnos en pensamientos y sentimientos comunes.

Hecho el paréntesis obligado y necesario, reitero que esas 3 canciones me abrieron ojos y orejas de primera. Ahora empiezo a descubrir más el resto. El sabor añejo de "Que te daría yo" y, sobre todo, la fuerza, el empuje, la rabia y el corazón del temita compartido con el Puchero del Hortelano. En la primera escucha, me sorprendió gratamente la presencia del Puchero. Yo creo que me puse hasta nervioso. Si me tuvieran que pedir una lista de grupos y letristas que me pellizquen, con los que me identifique, que cuenten lo que siento y vivo, casi todos han compartido estudio y escenario con el Desván. Me falta Ismael Serrano, todo se andará. Quizá sea que el vallecano aún no sepa del calor de la candela. El temita del Puchero, poquito a poco, me va conquistando. No descarto que se pueda convertir en la favorita del disco. Pero eso es complicado, porque cada Beso de cabra tiene un sabor diferente, unos llegan antes y otros más tarde.

De momento, lo primero, gracias y enhorabuena. Se os echaba de menos en carretera.