jueves, 10 de febrero de 2022

Ignorancia.

 No sé no ser yo.

No sé olvidarme del mundo, no indignarme, no llevarme las manos a la cabeza. No sé desconectar, no preocuparme, no mirar la prensa, ni las noticias deportivas, ni dejar de escuchar la radio, ni de ver la tele. 

No sé dejar de maldecir, de imaginar un mundo diferente, una forma distinta de hacer las cosas. No sé mantener la cabeza a salvo, la mente en blanco, no saltar ante las injusticias o los errores premeditados. 

No sé descansar, dejar de pensar, pasar de largo, bajar los brazos. 

No sé. No soy capaz. En mis sesos siempre hay algo, siempre hay un ruido, una pena, un lamento, un todavía, un se puede, un hagamos algo.

No soy de carpe diem, de la felicidad obligada, del momento exacto. No sé cómo no hacerme daño.

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