martes, 28 de octubre de 2008

Las mentiras de los espejos

Miras por la ventana con tus ojos triste. La lluvia se lleva vieja suciedad de los cristales y deja un nuevo polvo de represión. Te quejas en silencio del dolor de tu aislamiento, de tu soledad, de la injusticia no poder mover el pelo al son del fuerte aire, de no poder mojar tu camisa blanca en los labios de una sedienta nube.

Nunca te gustó llevar sujetador. Te encantaba provocar en las frías y lluviosas tardes de octubre, caminando como si nada, con la cabeza bien alta y mojada, empapada.

Miras por la ventaja con ojos triste, alejada de aquella luz cegadora de esperanza, de rebeldía, esa que dibujaba una sonrisa en tus amantes, que sonrojaba las mejillas de las tertulianas de la acera de enfrente, que llenaba de ira y de deseo al párroco de aquella iglesia de tu primera y última comunión.

Desafiabas con un suspiro a aquel que, pese a ir acompañado, perseguía tu estela con una mirada tímida de medio lado. Sonreías consciente de tus virtudes, ajena a los espejos.

Te comías el mundo y hoy pasas hambre. Pasas hambres y sigues sin gustarte. Perdiste el apetito por mirarfalsos reflejos, quieres devorar la boca de tu casa, la puerta que te encierra, pero no te atreves a dar el primer bocado temerosa de perder lo infinito, lo inagotable.

La melancolía, la desesperación, un echo de menos se han llevado tu cuerpo. Agárrate de mi mano, come de mi plato, pero no olvides tu esencia.

4 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Sin palabras.
Me has dejado sin palabras hermano.
Precioso y perfecto.

Patricia dijo...

Joder Iván, cuando leo estas cosas, no te conozco... y ¿cuándo dices que nos casábamos tú y yo?

Anónimo dijo...

Joer Ivan, qué bonico.
Por cierto soy Fati.

Noelia Fuentes de la Calle dijo...

Que bonito, casi me haces llorar.