lunes, 24 de enero de 2011

Desorden

Desordenas mi desorden, mueves mis papeles olvidados, garabateas en la curva de mi tiempo, bebes del mar, desatas la tormeta de arena que agita mis días, descolocas mi locura, mi cordura, mi ignorancia, mi sapienza. Me despistas, me distraes, me enamoras con sólo una silueta, una mancha, un borrón y cuenta nueva. Cuentas cada segundo que me queda, tachas cada hoja del calendario, amontonas montañas de minutos por pasar a tu lado, por vivir. Un latido me marea, me marca, me conmueve. Lloro sin motivo, río con ganas, bebo y vivo. Vivo y disfruto. Pienso, y siempre en ti. En vosotros. Sois dos. Desordenais mi desorden. No encuentro tiempo, ya ni lo busco, ni lo quiero. A veces, lo echo de menos, entre letras y blancos, entre espacios y caracteres.

Ya no hay tiempo para pensar, ¡cómo va a haberlo para escribir! Ya no hay tiempo para escribir ¡Cómo va a haberlo para pensar! Ya no hay tiempo, ni orden, ni ideas, ni fantasía. Hay un mundo nuevo que ordenar, en el que ir pintando, en el que ir pensando, al que ir escuchando, amando. Tu rostro cada día es más bello. Tu barriga, más barriga ¿Lo sientes? ¿Lo oyes? ¿Lo notas? Yo no dejo de mirarlo. Lo miro cuando no estoy contigo, lo miro con los ojos cerrado, lo miro en la distancia, en la oscuridad, en el silencio, en la paz que me da tu vientre, el océano en el que nadan nuestras pasiones, nuestros secretos, nuestro mejor regalo, nuestro futuro y presente.

Desordenas mi desorden. Bendito desorden.

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Pues espera a que empiece también a desordenar tu orden, a jugar con tus papeles y que el tiempo sea todo para ella, o él, y no para escribir, ni para pensar...