miércoles, 16 de febrero de 2011

Febrero

Respiramos libertad, sueños, dudas y verbos. Saltamos al abismo de la naturaleza, a la carne por la carne, al amor a la verdad, la verdad que se muestra en tus ojos, en mis ojos, en nuestros ojos. La verdad que se nos desvela a pequeños sorbos, que nos cala la piel, que nos penetra los huesos, que nos divierte entre risas, retos y fuegos. A la lumbre de las ideas, a la hoguera de nuestras certezas, al calor del carbón que alimenta nuestros sueños. Nuevos planes crepitando en un aire más puro, perdido entre las nubes bajas de un febrero distinto, en el que el sol se pierde en el brillo inocente de unos ojos cándidos como candelas.

No sabemos si Mario o si Candela. Es lo de menos. El mar de incógnitasse secará en una semana, oceános de ilusiones que crecen en cada tormenta, con cada rayo, con cada crujir de lagos celestes. Gonzalo y Alejandro como estrellas, la pureza de un beso nuevo, la belleza de la inocencia, la paz más sincera, más real, más tranquila, más pura, más dura. Aprender de ella, respirarla como si fuera vida, beberla como si fuera vino, saborearla como una fruta de verano, como sólo se saborea un fin de semana entre luces y grises, entre discursos y reyes, entre café recién hecho aromatizando un salón, calentando una chimenea, dulcificando una siesta tierna como un bizcocho. Juegos reunidos, poesía, canciones, calma, recuerdos. Un equipo de fútbol, 11 pensamientos, 11 abrazos, 11 días distintos entre un viernes y un domingo, 11 goles, 11 patadas, 11 gritos, 11 perdones, 11 esperanzas de volver a repetir de cada año.

11 de febrero de 2011.

1 comentario:

Patricia dijo...

Crepitando, crepitando, cris, cris, cris