Verano
Cierro los ojos y huelo a río y chopos, a ensaladilla de patatas y pechugas empanadas, oigo el murmullo de mis hermanos y una carta golpeando una mesa de chapa. Siento en mis manos la dureza al abrir la anilla de la nevera y la tela de un taburete, la goma en los pies, el agua en mis rodillas y mis pies jugueteando con una pequeña piedra.
Oigo el suave viento que inunda todo de hojarasca y suaves copos de polen, a mi madre llamando a mi padre “¡Niño!”, veo a mi padre con la camisa semiabrochada, el sol colándose entre las ramas y el Jerte rugiendo entre rollos y fango.
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