lunes, 12 de febrero de 2007

El fin justicia los medios

La Copa LEB-2, en menor medida a disputarla 4 equipos, y la Copa del Rey han vuelto a certificar una teoría ya bastante extendida sobre la importancia real de una fase regular en un competición que se decide mediante Play-Off. El COB de Dani García y el Barça de Ivanovic llegaban a la cita como Cenicientas que debían enfrentarse con el organizador. Especialmente el conjunto culé: un equipo hecho para triunfar, que no acaba de arrancar en liga. Resultados discretos, muchas derrotas, juego irregular... todo vaticinaba que el conjunto catalán caería a primeras de cambio, máxime jugando, como decía, en el Martín Carpena contra el Unicaja en cuartos de final. Lejos de todo eso, los culés terminaron celebrando en la noche del domingo una nueva victoria en esta competición y levantaron la copa con total merecimiento.

El baloncesto tiene estas cosas, sorpresas, injusticias como que el último clasificado de la competición (8º) tenga el privilegio de descansar un día, mientras que el primero sufre la igualdad de la competición. Pero, sobre todo, lo que tiene este deporte y este sistema de juego es que, todo lo hecho con anterioridad, no sirve para nada, y 4 días intensos y de tu mejor juego sirven para ganar la liga, o la copa o lo que sea. Aunque lo normal sería que los 2 primeros clasificados acabaran en las finales, rara vez ocurre, pues los entrenadores son conscientes de que el nivel óptimo y máximo del equipo, tanto en desarrollo de juego como en estado físico, debe darse en una fase final. Por lógica, quedar por debajo del cuarto puesto (en la lucha por el título liguero) conlleva un rival más complejo en esa fase, pero la realidad es que con estar entre los 8 primeros clasificados, tienes las mismas posibilidades que el resto de ganar el título, o ascender, como ocurriera la temporada pasada en LEB con el Bruesa.

Y eso ocurrió ayer con el Barça del discutido Ivanovic. El irregular juego de su equipo había cuestionado al técnico, decisiones como la de dejar -o invitar a- marchar al pequeño de los Gasol y apostar por Trias no agradaban a la afición. Pero el equipo estaba en rodaje y ayer -y todo el fin de semana- el Barcelona dio la mejor imagen. Imprimió en defensa la garra, intensidad y agresividad que siempre ha buscado el técnico y en ataque supo compaginar el trabajo desde el banco con la creatividad y calidad individual de sus hombres (Navarro, Lacovik, el propio Trias). Por dentro, el Barça se ha hecho fuerte a base de un trabajo que ha dado resultados en el momento oportuno e Ivanovic acertó con la apuesta, al ver a Trias coronado MVP de la competición y a Gasol cayendo en primera ronda ante el DKV Joventud. Todo sea dicho, Ivanovic no supo, o no pudo, sacar todo el provecho al hermano pequeño de Pau, quien se ha hecho ya un nombre propio, Marc Gasol, a base de trabajo y de aprovechar su físico para, sobre todo, rebotear y defender. Con o sin, como es el caso, de esa labor, Ivanovic ya tiene un título y su apuesta, Trias, ha heredado el laurel de Prigioni como jugador más destacado y, posiblemente, más decisivo, para lograr vencer la Copa. Enhorabuena al campeón y no miren tanto la clasificicación.

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