lunes, 19 de octubre de 2009

Inciertible pero creito

Cae el sol, una persiana se levanta, el frío sale desde su casa hasta el corazón de rumba. Una pregunta vuela de la calle al telón, un pasillo abre camino a la risa musicada.

Rugen las butacas de la revolución de noviembre en octubre. El león doma a la mujer barbuda que camina firme por una red sin trapecio abajo. El payaso duerme en los afilados dientes del trapecista, que da de comer elefantes a las pulgas saltarinas que sonríen en la jaula del cocodrilo.

2 comentarios:

Patricia dijo...

¡Más difícil todavía!

Juan Carlos dijo...

Los payasos sentados en la grada 7 no entienden qué hacen los espectadores de la pista central.

Vamos, que no me he enterao de na.