Cae el sol, una persiana se levanta, el frío sale desde su casa hasta el corazón de rumba. Una pregunta vuela de la calle al telón, un pasillo abre camino a la risa musicada.
Rugen las butacas de la revolución de noviembre en octubre. El león doma a la mujer barbuda que camina firme por una red sin trapecio abajo. El payaso duerme en los afilados dientes del trapecista, que da de comer elefantes a las pulgas saltarinas que sonríen en la jaula del cocodrilo.
lunes, 19 de octubre de 2009
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2 comentarios:
¡Más difícil todavía!
Los payasos sentados en la grada 7 no entienden qué hacen los espectadores de la pista central.
Vamos, que no me he enterao de na.
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