lunes, 29 de junio de 2009

GUILLE, GUILLE

Sergio Scariolo me ha dado hoy la razón. Llevo toda la temporada advirtiendo de la posibilidad de que Guillem Rubio fuera uno de los 3 invitados que entraran en la lista de la selección española para el Eurobasket de Polonia y así ha sido. A veces las ganas restan objetividad pero hoy, Scariolo, me ha demostrado que no es así. Su temporada en Manresa ha sido espectacular, para el recuerdo queda el partido de innumerables e incontables prórrogas ante el Barcelona. Ese día ya adelanté en Extremadura en Juego que iba a ir con la selección.

Es más, hace 5 años ya lo vaticiné cuando le vi jugar en el Ciudad de Plasencia, en La Bombonera. Fuerte en el poste bajo, inteligente para el rebote tanto ofensivo como defensivo, correoso en la defensa, ágil en los movimientos de ataque. Un jugadorazo muy joven que se ganó a toda la afición. Guillem Rubio, Guille, siempre fue mi favorito en aquella temporada en la que Giannella, Stewart y Owens se llevaban el mérito. Su gesto afable, su entrega le hizo ganarse a una grada que aún le recuerda y él todavía mantiene lazos con Plasencia y Extremadura.

Su última estancia, esta semana. Curiosamente, su inclusión en la lista se ha producido con él en tierras extremeñas. Mi alegría se vuelve mayor cuando esa personalidad sencilla se amplía con una llamada telefónica que no rechaza y con una respuesta afirmativa ante la petición de una entrevista para dentro de una hora.

Un crack. Creo que soy de los pocos que espera que Pau Gasol diga no a la ÑBA y al Eurobasket. Guillem "NBA" Rubio, como yo le llamaba, se lo merece, aunque vendrán oportunidades futuras. Seguro.
Sólo es imposible lo que nadie idea.

lunes, 15 de junio de 2009

Te asustaste. Estabas tranquila, sentada en el sillón, viendo la tele con tu tazón de cereales entre las piernas, atenta al último reality, cuando sonó la puerta. No lo niegues, te asustaste. Te sorprendió el sonido del timbre, la llegada de alguien inesparado. Algún vecino, alguien que se habría equivocado, no, peor, un testigo de Jehová al que despedir y despachar con tu sonrisa más amable y más fingida.

Te desesperaste. Con gesto de pocos amigos te desperezaste, estiraste tus piernas, pusiste tus pequeños pies sobre la mesa y seguiste comiendo, como si nada. Volvió a sonar el timbre y volviste a asustarte. No lo esperabas. Bajaste el tazón, lo pusiste sobre la mesa, en el cristal, que no se limpia mejor. Palpaste con la punta de los dedos de los pies el suelo, caliente. Rozaste con tu piel la tarima, tanteaste el terreno en búsqueda de una zapatilla que, muy posiblemente, buscará nuevas aventuras en la oscuridad subterranea que da el sillón. Tras un rato avanzando a la pata coja mientras tu otra pierna buscaba el cobijo de su comodidad, te diste por vencida y caminaste. A la altura de la mesa, tu cuerpo se detuvo.

Tu cerebró ordenó orden de detención. Confusa, esparaste una nueva indicación del timbre. "Se habrá ido", pensaste. Con una media sonrisa, volviste tu cabeza hacia el televisor, recuperaste el interés por la última canción destrozada por las nuevas generaciones mal enseñadas. Recuperaste la ilusión por unos cereales que aún no se habían reblandecido, olvidaste que caminabas descalza y te disponías a dar el giro necesario a la situación cuando volvió a sonar la puerta. Te asustaste y, además, te golpeaste un dedo del pie con la pata de la mesa. Grito silencioso, quejido visual, mala leche contenida.

Avanzaste con desagrado en tu caminar, pero más rápido. Con la única luz que aporta el televisor, cruzaste el salón y el pasillo. Te equivocaste de interruptor. Ahora sí, esa es la buena. Como habías echado la llave, el primer intento por abrir la puerta fue infructuoso. Cogiste la llave de su lugar y abriste.

martes, 9 de junio de 2009

Ferias

Terminaron las ferias. Bueno, para mi lo hicieron el sábado a las 3 de la madrugada cuando un "hasta luego" se convirtió sin quererlo en un "hasta la próxima". Hasta entonces, 3 días de las ferias y fiestas de Plasencia, esas que despiertan mi sentimiento garrapatero, que invaden las calles de colores, de ruidos, de músicas urbanas, de poetas callejeros embriagados por los aromas de una primavera que se niega a salir de nuestras vidas.

Cervezas que interpretar en el centro, niños que sonríen ante globos que se esfuman en un aire con nubes de algodón rosa, luces que atrapan los sentidos, muñecos que se atrapan a la carrera en las medianoches de un ferial con olor a churros y pollo, a hamburguesas y a garrapiñados.

Una marea de gente inunda la calle de los vinos. Cuesta dios y ayuda cruzar por ese adoquinado otros días y que hoy soporta el dolor de pies de miles de placentinos y placentinas que dan la bienvenida al primer fin de semana de junio, en el que no es aconsejable haberte quitado el sayo. Te paras ¡Hola, cuánto tiempo! ¡De ferias en ferias nos vemos! ¿Qué tal todo? ¡Me caso este verano! ¡No jodas! ¡Joder, cuanta gente, menos mal que hay crisis! Sin beneficio para esta casa

Palabras que se esfuman en el ensordecedor mundo de los bares, gestos de complicidad, ojos caprichosos, miradas deseosas, un cubata por la espalda y una cerveza para refrescar los pies.

Tres días de compartir amigos y amigas, de recordar que sigue siendo tiempo de Arrebatos aunque todo parezca haber cambiado. Tiempo para bailar al compás de una rumba nueva, de un ritmo bailable, de una cadena inesperada que por momentos invade el ferial y amenza con extenderse hasta la Muralla China, vacía de patos, pistolas de burbujas, sombreros, películas piratas, guitarras y otros enseres que el lunes, con resaca, no sabes donde colocar. El año que viene conocerán nuevos amigos y ellos comprobarán lo efímero del juguete de moda.

Ferias. Días de cerveza y rosas ¡Y que haya gente que se va a la playa!
P.D.: Las próximas ferias seremos uno más y tendré que conseguir dos muñecos en lugar de uno. Tendré que seguir practicando para no perder efectividad: 1 de 1.