lunes, 23 de agosto de 2010

Yo estuve allí

Pasó el 22 de agosto, uno de esos días marcados en rojo desde hace meses, una de esas grandes citas, inevitables para un personaje cada vez más loco por el baloncesto, cada vez más atrapado por la magia del deporte y por los ambientes rojizos. Pasó el 22 de agosto y lo disfrutamos -muchas gracias, Mario-, aunque la Caja Mágica esté diseñado para los VIP´s y al resto de humanos nos quede lejos el aro. Pasó el 22 de agosto, entre desayunos de un moderno hotel con vistas a un mercado, a un polígono. Entre compras, caminatas por calles cubiertas, costillares y malas señas del Tom-Tom.

Pasó el 22 de agosto y lo vivimos, y chillamos, y pedimos pasos y abucheamos, como otras 10 mil gargantas, el ego, la prepotencia y la chulería. No, no hablo de la selección de Estados Unidos, hablo de Cristiano Ronaldo. Pasó el 22 de agosto y, ahora, ya sólo lo recordamos. Y con el recuerdo, la pena de que ya es tiempo pasado, la tristeza por la lesión de Calderón, la hiel en los labios por la derrota, la furia en los ojos por haber sabido jugarlo.

Pasó el 22 de agosto y con él, el partido de baloncesto por excelencia. Tras un aperitivo insípido, llegó el gran día y, junto al 22 de agosto, un España - Estados Unidos de muchas lecturas. La positiva, que haciendo un mal partido, con Rudy, Garbajosa y Gasol muy lejos de su mejor versión, estuvimos a punto de ganar a los americanos. La negativa, la lesión de Calderón, imprescindible en un final como el de ayer. No estaba bien el paisano, pero se le echó en falta en el último minuto. Recuerdo 3 finales apretados con Scariolo y ninguno lo ganamos.

Pasó el 22 de agosto y no pasó como lo imaginamos. Con la misma impresión que produce en nuestros sentidos la grandeza de un brutal escenario, de un inmenso rugir, España salió aletargada, dormida, ansiosa, nerviosa, cegada por los flashes que retrataban el histórico momento tan deseado. Mala selección de tiro en ataque, incapacidad de correr la transición en defensa. A remolque, sin pívots referencia, sin nadie que ejerciera el liderazgo. Nos costó. Fue la rabia de Ricky, esa chispa que aporta en defensa la que nos alegró. Su nervio me enerva en esos ataques imposibles que, si salen, son geniales pero que, en partidos como el de ayer, incrementan el número de errores permitidos en momentos determinados. Pero es genio y figura, y su genio sacó el de Navarro; así España, sin defender nada, se mantuvo viva. Entre tanto, Reyes -colosal- hacía el trabajo que no le salía a Garbajosa y la grada buscaba a Gasol, a Pau, mientras Marc se veía superado en la pintura (2-8 en el primer tiempo en tiros de 2, sin capacidad reboteadora ni de intimidación).

Acaba el primer tiempo entre muecas de desaprobación y hocicos arrugados. Entre tanto, Scariolo seguía con sus pruebas: 2 quintetos en 8 minutos y Claver de 4.

La segunda parte fue distinta. España salió con el mejor 5 que había tenido en la primera parte: Ricky por Calde, Reyes por Garbajosa. El rival era Estados Unidos, las probaturas habían acabado. Y España mejoró. Mejor selección de tiro, más intensidad defensiva, más lucha, más garra. Más España. USA no encontraba tantos espacios y el juego español comenzaba a brotar, piano piano. Sólo un mal final de periodo, con 3 pérdidas y contragolpes -precedidos de pasos- nos volvieron a poner contra las cuerdas. Pero esto era un lapsus.

España volvió a demostrar, en este 22 de agosto, que puede ganar a Estados Unidos sin Pau Gasol y con los elementos en contra. Aunque la FIBA ya no sepan lo que son pasos, aunque las protestas cambien el rasero de las faltas de ataque, aunque nuestro base NBA se quede en el sitio, España tiene capacidad para reaccionar y remontar a los USA. Y todo parecía en contra porque, cuando mejor lucía la bandera extremeña, llegó el pinchazo. El gesto rápido, la petición de cambio y la carrera andando, cabizbajo, a vestuarios. El mundial para él se había acabado. Continuaba otra fiesta

Allí, entre olas, aplausos y cánticos, la noche se acercó a ser mágica y en este fin de semana en el que los ricos hacen caja, los sueños se tocan, aunque no lleguen a cumplirse. Y no se cumplen, por la misma razón por la que son posibles: por el nervio y la rabia de España. Rubio, que ya había dado muestras de su talento y su exagerada osadía, debe frenar su genio.

El último minuto demostró que la lesión de Calderón no sólo me apena, también me preocupa. La baja del 8 puede ser preocupante si Raúl López no da el nivel, si Rubio no calma su nervio. No sé si la última jugada la eligió él (espero que sí, sería más preocupante que hubiera sido diseñada así desde el banquilló), pero sí creo saber que no fue una decisión acertada. A una canasta de la victoria, tras un partido tan duro, una zona 2-3 no debe propiciar precipitación tal como la vista este 22 de agosto que ya pasó. Mala selección de tiro (triple desequilibrado), en mal momento (faltaban aún 8 segundos de posesión y de partido) y peor resolución posterior. Con aún 5 segundos por delante, pase forzado de espaldas que impide un tiro rápido y cómodo. Derrota.

Pasó el 22 de agosto y con él la oportunidad de ganar a Estados Unidos. Llegará otra, esperemos que lo más tarde posible, el 12 de septiembre, y tenemos que aprender y más ahora que no tenemos al jugador ideal para ese tiempo de situaciones. Calderón se ha lesionado y, visto lo visto ayer, me preocupa, ¿será capaz Ricky de tener la paciencia necesaria para los finales apretados? Visto lo visto ayer puedo estar preocupado pero, visto lo visto ayer y esperando siempre lo mejor de cada uno, soy hoy más optimista que el 21 de agosto.

Pasó el 22 de agosto, el tiempo de recreo, de canastas, de carcajadas a la orilla del mar, de vernos despertar juntos y descalzos, sin prisas. Pasó la feria, la calle Larios, la sandwichera, el olor a sal, la biznaga, la salida 23, la aduana y el barrio de San Fermín. Pasó el verano, o casi, pero llegarán veranos nuevos, otros meses soleados y, entre esas nubes y esos rayos, seguro que ganamos.

2 comentarios:

Patricia dijo...

Kentuki, Kentuki, Kentuki!!!!

guitarras electricas dijo...

Me gusta como escribes! Saludos!