lunes, 17 de diciembre de 2012

Te echo de menos

Te echo de menos.

No lo entiendo, pero te echo de menos. Me pregunto por qué te echo de menos. No me explico cómo, pero te echo de menos. Echo de menos acariciarte suave cada noche, besarte en silencio, hablarte a susurros, imaginar tu cara, discutir tu nombre. Te echo de menos.

No te conozco, no te he tocado, ni siquiera te he visto, pero te echo de menos. No he sabido nada de ti, salvo que estabas ahí. Suficiente para echarte de menos.

Para echarte de menos y para amarte. Amarte con fuerza, con mucha fuerza. Te echo de menos.

Te echo de menos y lloro. Son lágrimas, son cristales, son puñales. Son recuerdos. Recuerdos de esperanza, de desesperación. Te echo de menos. Me duele y te echo de menos. Río y te echo de menos. Pienso y te echo de menos. Juego y te echo de menos. Lloro y cuanto más lloro, más te echo de menos. Y el tiempo no lo cura, porque no dejaré de echarte de menos.

Te quiero. Te querré. No te olvidaré nunca, aunque nunca te haya conocido. Recuérdalo siempre.

Te echaremos de menos.






2 comentarios:

Carlos dijo...

Joer hermano, te has empeñado en que llore cada vez que te lea...

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.