Amarillo y brillante como el sol.
Duerme verde y frondoso, escondiendo la selva que lleva dentro.
Capaz de arder y enrojecer como la lava.
Llora todo un mar azul.
Es un arrepío, inquieto y rosa como un almendro en febrero.
Es blanco puro, como la mezcla de todos los colores.
Es mi monstruo de colores, una explosión de emociones y sentimientos incontroladas, una estrella a punto de estallar, el universo apareciendo de golpe.
Es mi pequeño, adorable, encantador, dulce, imprevisible. Es mimoso y furioso, espontáneo y pizpireto, original, irrepetible.
Es la sinceridad. Es Mario, mi monstruo de colores, el color de mis días y mis noches.
jueves, 23 de febrero de 2017
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