martes, 21 de febrero de 2017

Sanidad privada

La primera vez que le operaron de la pierna fue en abril de 2012. No recordaba bien el año. Sí sabía que fue en abril porque celebramos allí su cumpleaños. La foto y las velas me recuerdan que fue en 2012.

Dos años después tuvo que pasar otra vez por el quirófano, en una intervención distinta. No recuerdo muy bien cómo fue la espera durante esos dos años, si hubo muchos retrasos o todo fue correcto hasta el inevitable momento de volver a tener que operar. Sí recuerdo que la operación fue a finales de octubre. Acabábamos de salir del hospital de Badajoz y nos metimos en el de Cáceres. Vimos en dos meses el deterioro de la sanidad pública en esos dos años. Plantas llenas, largas esperas para recibir cama, 3 y hasta 4 pacientes por habitación (¿os acordáis aquella promesa de Vara? ¿O era de Ibarra?), una sola enfermera para atender a toda una planta...

La operación fue bien, quizá la recuperación algo más larga y unos plazos claros marcados "revisión en 6 meses". Y pasaron los 6 meses, y 7, y 8 y la cita para la revisión no llegaba y la pierna empeoró. Un trombo. A urgencias, a Cáceres y otra vez a operar. Era agosto de 2015. Tuvimos miedo. Era la tercera intervención y nos advirtieron de la posibilidad de que pudiera perder la pierna. La operación salió bien, aunque nos avisaron de los peligros que podían existir si hubiera que operar otra vez.

El Hospital seguía igual (o peor). Pasaron 3 meses y llegó, en su momento, la primera revisión. La siguiente era para seis meses después (mayo). Y aquí estamos, en pleno mes de febrero (casi acabado), entrando en el Hospital por la puerta de urgencias. Antes de esto, una visita en julio por dolores similares a los de un año antes, un "tras el puente de agosto le llamarán", silencio administrativo, una carta citando para el 14 de febrero. Una llamada para adelantar la cita al día 8. Otra llamada (el 7 de febrero) para anular la consulta (sin explicación) y hoy, un fuerte dolor que nos lleva a Urgencias, de urgencias a Cáceres, unas 4 horas esperando cama y ahora a esperar pruebas.

En mayo tenía que haberse realizado la revisión. Es 21 de febrero de 2017 y no teníamos cita (se anuló porque hay 2 médicos de baja por depresión ¿la cogerían los dos el 7 de febrero?). 9 meses. 270 días para una consulta externa, en una comunidad en la que nos aseguran que el tiempo de espera para una consulta externa es de 69 días (lo superamos en 200) y que las esperas para operaciones han descendido a los 133 días (en otro momento os cuento lo que lleva esperando mi hermano). Eso, por no hablar de que hay centros de salud en los que hay que esperar 5 días para ser atendido por tu médico o médica de cabecera.

Es duro que la realidad te estropee los datos. Es duro ver cómo la gestión política nos priva de la sanidad pública pero ¿qué vamos a esperar?

La última vez que escuché en televisión al presidente de la Junta (y exconsejero de Sanidad) hablar de la gestión sanitaria, de las pensiones y demás, decía que quizá había que plantearse el sistema y que mayores de 40 años que jugaran al pádel, o las personas que practicaran deportes de riesgo deberían ser cubiertos por un seguro privado. Juro que escuché eso.
De los creadores de "para garantizar las pensiones públicas, contraten un plan de pensiones con su banco" llega el "para mantener la sanidad pública lo mejor es hacerse un seguro privado".

Y hago una reflexión que ya hice en su momento por la gestión de RTVE. Es una estrategia. Los recortes son la fase previa a "lo privado funciona mejor". Crearás la necesidad de que la población acuda al sector privado para después señalar como prescindible o excesivamente costoso un servicio público básico

https://www.facebook.com/ivan.herrero/posts/10209817228242737



En fin. Seguiremos esperando que la firme apuesta por menoscabar el digno trabajo de los y las profesionales del sector sanitario no nos lleven a estar privados de la sanidad pública.


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