jueves, 23 de febrero de 2017

Mi monstruo de colores

Amarillo y brillante como el sol.
Duerme verde y frondoso, escondiendo la selva que lleva dentro.
Capaz de arder y enrojecer como la lava.
Llora todo un mar azul.
Es un arrepío, inquieto y rosa como un almendro en febrero.
Es blanco puro, como la mezcla de todos los colores.
Es mi monstruo de colores, una explosión de emociones y sentimientos incontroladas, una estrella a punto de estallar, el universo apareciendo de golpe.
Es mi pequeño, adorable, encantador, dulce, imprevisible. Es mimoso y furioso, espontáneo y pizpireto, original, irrepetible.
Es la sinceridad. Es Mario, mi monstruo de colores, el color de mis días y mis noches.

martes, 21 de febrero de 2017

Sanidad privada

La primera vez que le operaron de la pierna fue en abril de 2012. No recordaba bien el año. Sí sabía que fue en abril porque celebramos allí su cumpleaños. La foto y las velas me recuerdan que fue en 2012.

Dos años después tuvo que pasar otra vez por el quirófano, en una intervención distinta. No recuerdo muy bien cómo fue la espera durante esos dos años, si hubo muchos retrasos o todo fue correcto hasta el inevitable momento de volver a tener que operar. Sí recuerdo que la operación fue a finales de octubre. Acabábamos de salir del hospital de Badajoz y nos metimos en el de Cáceres. Vimos en dos meses el deterioro de la sanidad pública en esos dos años. Plantas llenas, largas esperas para recibir cama, 3 y hasta 4 pacientes por habitación (¿os acordáis aquella promesa de Vara? ¿O era de Ibarra?), una sola enfermera para atender a toda una planta...

La operación fue bien, quizá la recuperación algo más larga y unos plazos claros marcados "revisión en 6 meses". Y pasaron los 6 meses, y 7, y 8 y la cita para la revisión no llegaba y la pierna empeoró. Un trombo. A urgencias, a Cáceres y otra vez a operar. Era agosto de 2015. Tuvimos miedo. Era la tercera intervención y nos advirtieron de la posibilidad de que pudiera perder la pierna. La operación salió bien, aunque nos avisaron de los peligros que podían existir si hubiera que operar otra vez.

El Hospital seguía igual (o peor). Pasaron 3 meses y llegó, en su momento, la primera revisión. La siguiente era para seis meses después (mayo). Y aquí estamos, en pleno mes de febrero (casi acabado), entrando en el Hospital por la puerta de urgencias. Antes de esto, una visita en julio por dolores similares a los de un año antes, un "tras el puente de agosto le llamarán", silencio administrativo, una carta citando para el 14 de febrero. Una llamada para adelantar la cita al día 8. Otra llamada (el 7 de febrero) para anular la consulta (sin explicación) y hoy, un fuerte dolor que nos lleva a Urgencias, de urgencias a Cáceres, unas 4 horas esperando cama y ahora a esperar pruebas.

En mayo tenía que haberse realizado la revisión. Es 21 de febrero de 2017 y no teníamos cita (se anuló porque hay 2 médicos de baja por depresión ¿la cogerían los dos el 7 de febrero?). 9 meses. 270 días para una consulta externa, en una comunidad en la que nos aseguran que el tiempo de espera para una consulta externa es de 69 días (lo superamos en 200) y que las esperas para operaciones han descendido a los 133 días (en otro momento os cuento lo que lleva esperando mi hermano). Eso, por no hablar de que hay centros de salud en los que hay que esperar 5 días para ser atendido por tu médico o médica de cabecera.

Es duro que la realidad te estropee los datos. Es duro ver cómo la gestión política nos priva de la sanidad pública pero ¿qué vamos a esperar?

La última vez que escuché en televisión al presidente de la Junta (y exconsejero de Sanidad) hablar de la gestión sanitaria, de las pensiones y demás, decía que quizá había que plantearse el sistema y que mayores de 40 años que jugaran al pádel, o las personas que practicaran deportes de riesgo deberían ser cubiertos por un seguro privado. Juro que escuché eso.
De los creadores de "para garantizar las pensiones públicas, contraten un plan de pensiones con su banco" llega el "para mantener la sanidad pública lo mejor es hacerse un seguro privado".

Y hago una reflexión que ya hice en su momento por la gestión de RTVE. Es una estrategia. Los recortes son la fase previa a "lo privado funciona mejor". Crearás la necesidad de que la población acuda al sector privado para después señalar como prescindible o excesivamente costoso un servicio público básico

https://www.facebook.com/ivan.herrero/posts/10209817228242737



En fin. Seguiremos esperando que la firme apuesta por menoscabar el digno trabajo de los y las profesionales del sector sanitario no nos lleven a estar privados de la sanidad pública.


viernes, 17 de febrero de 2017

Periodismo transformador

Sólo se habla de fútbol. Principalmente hablamos de fútbol. De fútbol masculino.
En las teles, en las radios, en las portadas de los periódicos... Fútbol, fútbol y fútbol. Masculino, por supuesto. La gesta debe ser grandiosa para que otro deporte ocupe una presencia principal.
"La gente quiere fútbol", "Es lo que vende" nos autoconvencemos para continuar con nuestra rutina de hablar de fútbol (masculino, claro). "Damos lo que gusta a la mayoría", como si fueramos un supermercado que lo único que debe hacer es pasar el producto elegido por el escaner.
¿Dónde está nuestra labor de selección? ¿Dónde queda el trabajo de desgranar qué es lo importante? ¿Dónde quedó nuestra función de formación?

Informar, formar y entretener.

¿Debemos dar a la audiencia lo que pide? Sí, pero también debemos educar a esa audiencia. Y la cultura deportiva en este país y la labor del periodismo deportivo en los últimos años han sido nefastas. Hemos actuado al margen de la profesión. Nos hemos convencido de que la audiencia marca nuestro criterio, nuestra agenda setting, cuando sabemos que es al revés: somos los medios (con todas las presiones e intereses que orbitan a su alrededor) quienes marcamos los temas de conversación. Ejemplos, mil.
Sólo hablamos de fútbol. De fútbol masculino, evidentemente. Lo demás, ¿no importa? No, somos los medios los que restamos importancia a esos eventos.
"La audiencia baja cuando en el informativo hablamos de otros deportes, de otros equipos que no sean Madrid y Barça" ¿Y? ¿Acaso un médico debería recetar más medicamentos e incluso alguna droga para aumentar su clientela? ¿Por qué en el periodismo hemos dejado de lado nuestro criterio en la selección de temas para abrazarnos a una audiencia -de cuestionable mayoría si vemos algunos datos como los de programas como Estudio Estadio, Real Madrid Tv o Gol Tv, por ejemplo- adicta a un tipo de información?

"Ahí están las audiencias, no interesa" decimos, esperando que el interés de un producto que hemos escondido y emitido casi por compromiso triunfe; somos como ese padre o esa madre que tras años sin hablar ni poner límites a su hijo/hija pretende que su comportamiento sea excelente. O peor, justifica su desidia anterior en el comportamiento del adolescente "era un caso perdido".
Así actumos. Años y años de espalda a otros deportes para justificar nuestro ostracismo en los resultados. La consecuencia se vuelve causa y la causa, consecuencia. Otro mal del periodismo actual: nos olvidamos del contexto. Absolutizar resultados relativos para justificar nuestra mala praxis. Hagan las cuentas así, valoren la audiencia final de las competiciones que se emiten en virtud a los minutos que se les ha dedicado previamente en informativos y otros espacios. El pasado fin de semana me sorprendió como la única referencia a la Copa de la Reina de baloncesto en TVE fueran unas colas al final del informativo el día de la final ¿Cómo va a traducirse eso en una alta audiencia si al público generalista se le transmite la percepción de que eso es lo menos importante del día? Menos, mucho menos, que la NBA; menos, mucho menos, que una jornada más de la ACB. Hagan la regla de tres: minutos de televisión, audiencia final ¿Cuál es más rentable?

Creo en un periodismo que sea transmisor de la información, que muestre la realidad tal y cómo es pero que a la vez ayude a transformarla, a mejorarla. Para eso necesitamos un periodismo ético y responsable, honesto y plural. Un periodismo libre, libre de ataduras política y de injerencias económicas. "Sólo interesa el fútbol" o "Es lo que más demanda la gente". Curioso, el fútbol es el principal nicho de mercado de algunas de las fortunas de este país. Curioso, esas mismas personas están también relacionadas con los medios audiovisuales. No es extraño que deportes como el fútbol y el baloncesto femenino ansíen una sección en sus ligas del Real Madrid. No es el fútbol lo que interesa, es el Real Madrid. Sigan la ecuación...

Creo en un periodismo transformador, que mejore nuestra sociedad, que trate de forma equitativa a todos los deportes y deportistas, hombres o mujeres, y que eduque a la audiencia mostrando lo interesante y no lo que nos interesa, valorando por igual los éxitos equivalentes en distintos deportes, que dé la misma trascendencia a una competencia europea masculina que femenina.

No creo en un periodismo que habla 20 segundos del Madrid en Euroliga pero que jamás tiene un segundo para el Perfumerías Avenida. No creo en un periodismo que dedica horas a la Liga de Campeones masculina y que no tiene espacio para la misma competición femenina; no creo en un periodismo que alaba a una generación dorada y maravillosa de jugadores de baloncesto pero que ha condenado al olvido a una generación gloriosa de jugadoras de balonmano, de baloncesto, de waterpolo.

¿Es una utopía? Creo en un periodismo que hable de muchos deportes. Y, después, que la audiencia elija. Pero se tarda, es una tarea ardua, de resultados lentos, de inversión. De educación. Y ahí la contradicción ¿Cómo educar ante un aula vacía? ¿Debe ser un cambio drástico o una estrategia evolutiva? ¿Cómo lidiar ante los caprichos del mercado en una profesión especialmente maltratada por la crisis? ¿Cómo apostar por productos a largo plazo en un mercado de resultados inmediatos, de periodistas malpagados y siempre amenazados por la soga del despido? Debemos ser los medios públicos quienes lideremos esa tarea. Los frutos llegarán porque el interés existe, quizá sin alcanzar las grandes cifras del fútbol (la final del Mundial, una final de Champions, un Madrid - Barcelona) pero suficiente como para ser rentable ¿O acaso no es verdad que todos los deportes tienen buenos índices de audiencia -mejor que cualquier partido de primera de los que se emiten en abierto- en los JJOO? ¿Será porque hemos constituido un discurso de que eso interesa?
Igual, también deberíamos ser conscientes de la escasa importancia mediática que le damos a los JJPP (ni que decir a otros eventos paralimpicos) y la enorme y vergonzante condescendencia con la que hablamos de sus éxitos.

miércoles, 8 de febrero de 2017

Es insoportable
La soledad
El silencio infinito de tu ausencia
El ruido perenne de mis ideas
Las paredes frías
Sin abrazos.
En insoportable
La soledad
No oír tus pasos
No ver tu sueño
No dormir
A tu lado.