miércoles, 4 de julio de 2018

Feminismo, machismo y contradicciones

No soy mujer. Soy feminista.
Soy feminista y no por eso me libro de tener comportamientos machistas.
No soy mujer. Jamás sabré lo que es sufrir el machismo diario, sólo intento comprenderlo.
María Gómez ha sufrido diversos ataques machistas. Primero, en público, mientras ejercía su profesión, la de periodista de deportes. Después en redes, donde el machismo se hace más feroz, ataca en manada y busca las posibles contradicciones para justificar y repetir su comportamiento tratando de deslegitimar la justa reivindicación de la mujer.
A toda revolución le responde una contrarrevolución y esta es voraz y despiadada.
Los argumentos contra la denuncia de María son simplistas (que no simples o sencillos) y fácilmente desmontables, sólo hace falta escuchar.
Por un lado, se acusa a María Gómez de querer ser la protagonista de la noticia. Falso. Ella no pretende ser la noticia. Ella está haciendo su trabajo y determinados hpmbres con su comportamiento la hacen protagonista sin ella elegirlo. Ella sólo responde con firmeza y educación y denuncia un comportamiento deleznable.
"Llamar guapa a alguien no es machista". Podríamos entrar a debatir sobre eso, sobre el origen y la connotación machista del uso de ese calificativo para reducir a la belleza a la persona a la que te refieres, pero olvidaríamos y obviaríamos lo fundamental: el tono, la posición elevada en la que intenta ponerse quien respondió así a la periodista, el "mansplaining" que escondía responder así a una persona a la que no conoces, un comportamiento que jamás utilizaría con un periodista varón. El machismo rancio que escondía ese condescendiente "¿Cómo te llamas, guapa?". Sólo recordarlo me enerva. Y no soy mujer...
Si no hubiera bastante con esto, se trata de desacreditar su denuncia señalando una posible contradicción "ella llama pibones a los de Marruecos". Matices importantes.
1. El contexto. Ella se refiere al físico de los jugadores en una sección creada por el medio con esa finalidad. Se está hablando precisamente de eso y ella participa. Ella jamás ha tratado así de forma directa a un jugador al que entrevista donde es el fútbol el protagonista. El contexto lo es todo, siempre.
2. El tratamiento es amarillo y sensacionalista, ella misma lo ha reconocido a posteriori, pero ni lo ha creado, ni lo ha propuesto y, por lo que dice, posteriormente se ha negado a seguir por entender que no era coherente.
3. Esta lista de "pibones" trata de emular las vergonzantes listas de "deportistas más sexys" que hemos visto con frecuencia. La diferencia es que esta sección (amarillista, sexista y sensacionalista) ocupa un 0.001% del tiempo que se habla del Mundial masculino mientras que las listas de las deportistas más sexys es, en muchas ocasiones, la única vez que se habla de esas deportistas. Llevo años intentando estudiar el comportamiento y el número de minutos/páginas que dedicamos a mujeres deportistas y puede hacer esta afirmación sin miedo a errar.
4. Que ella pueda acometer actuaciones machistas no justifica que los reciba, ni los excusa, ni minimiza su gravedad ni permite a otros actuar así. Mis actos están bien o mal independientemente de que lo hagan otros.
Otra razón o imagen muy utilizada para minimizar el beso que sufrió en directo por un tipo que salió corriendo tras besarla (alguna consciencia del mal de su actuación tendría) es compararla con un directo de un reportero que fue besado y abrazado por dos aficionadas rusas. No vamos a entrar en la frecuencia con la que esto le ocurre a un sexo y otro, sino el porqué de cada reacción. Ella se siente acosada. Él responde de forma jocosa ¿Por qué? Porque él se sabe dueño de la situación, sabe que parará cuando quiera, que no tiene nada que temer cuando se apague la cámara, que nadie le juzgará por su respuesta, que es libre. Ella, no.
Ella ha experimentado tantas situaciones de machismo que teme, que sabe que no es dueña de la situación, que no sabe cuándo ni cómo parará, que hablarán mal de ella tanto si se queja como si responde bien y desconfía y denuncia la actitud de un tipo que la besa sin permiso y sale a correr. Hay una diferencia fundamental: ella no quiere y a él no le importa. Eso ya es suficiente para diferenciar y denunciar un acto que padeces contra tu voluntad.

No soy mujer, jamás llegaré a saber lo que es sentir ese miedo y ese desprecio constante en un mundo que marca un estereotipo de belleza y que trata de reducirlas a eso; por eso, mejor que a mí es leerlas a ellas.
http://planetacb.com/samardo-samuels-una-mujer-no-quiero-entrevistarte/

https://www.lamarea.com/2018/06/30/de-alcasser-a-la-manada-desafiar-el-discurso-del-terror-sexual/

Yo te creo, María.

No hay comentarios: