miércoles, 31 de enero de 2007

CONTRATO INDEFINIDO

Durante los 4 años de universidad, de estudios y trabajos para sacar una licenciatura en "Comunicación Audiovisual" muchas de las constantes dudas y de los repetidos debates se centraron en definir o dar nomenclatura a la profesión que, una vez titulados, fueramos a ejercer, siempre que el contrato estuviera en nuestro sector y no en trabajos temporales e intermedios hasta que llegara el momento de "trabajar en lo nuestro".

"Comunicólogos - audiovisualistas -comunicadores audiovisuales" (perdón por el lenguaje machista, hoy estoy algo vago) fueron algunos de los términos que surgieron. Como no me considero un estudioso ni un especialista de la comunicación y como ésta la utilizamos de forma técnica y con el objetivo de explicar algo, yo prefiero no utilizar el primer término por cuestiones léxicas y de significado, con el riesgo a caer en una mala interpretación del sufijo -logo (he de reconocer que escribo de memoria y sin hacer uso de un diccionario). El término audiovisualista, cuanto menos, es difuso, aunque como parte si podrá encerrar un todo que resumiera el quizá más exacto "comunicador audiovisual", pero este no es del todo cierto. Me explico. Desde la heterogeneidad de una carrera que bebe -creo que más en el caso de Badajoz- de las distintas ramas de las "ciencias de la información" y donde influye de gran manera el periodismo, el término audiovisualista a veces no es correcto utilizado en determinadas profesiones a las que podemos acceder.

Así, si partimos de ser comunicadores audiovisuales, yo hoy ejerzo como audiovisualista, pues empleo imágenes y sonido, audio y vídeo, pero discrepo de quienes digan que comunico, pues tan solo transmito lo que otros pretenden comunicar (mero canal) en mi labor como editor de vídeo. Cierto es que, en otras ocasiones, sí he sido yo el comunicador que utiliza su vertiente audiovisualista para, no sólo hacer llegar el mensaje, sino crearlo y comunicarlo.

Sin embargo, mi corta pero -considero- algo extensa -o por lo menos- intensa carrera me han llevado a suprimir en ocasiones la información visual, siendo canal, creador y medio de comunicación tan solo de audio, por lo que, nuevamente, el término sería excesivo en su significado para la práctica que se desarrolla. Espero que mi comunicación textual, sin audio y con imágenes no reconocibles por toda la aldea global y ausentes de movimiento, no sea confusa por el momento.

De esta manera, el término parece más acertado si, en cada momento, se desgrana y divide y se utiliza por separado en sus diferentes vertienes, por lo que considero que las charlas cayeron en saco roto, fueron inútiles y se debieron, simplemente, a la falta de oficio y a las ganas por ser algo que, yo de momento, todavía no soy. Y como queda mucho trabajo por delante, seguro que cambiaré de teoría, la cual desconozcó en que momento exacto construí.

Ahora, en el futuro más cercano, abandono aquello por lo que luché y trabajé durante 4 años y pasó de mi lado más "audiovisualista" al depuro "comunicador" o "informador" -sin ánimo de ofender a estos-, para desquicio seguro de mi padre, al que durante años traté de convencer que mis estudios no eran periodísticos, sino de lo anteriormente llamado "imagen y sonido". Algo de razón tendría con aquel "es lo mismo".

Lo dicho, me sitúo ahora en una situación difusa en el que mi personalidad, audiovisualista, se ve superada por mi pasión comunicadora, en la que trato de crear -sirva como defensa- imágenes a través de mi verbo, en muchas ocasiones mal empleado.

Con ese consuelo me quedaré por tanto, y es que comuniques como comuniques, mi intención siempre será la de transmitir sonidos para recrear imágenes, o transmitir imágenes y sonidos para re-crear comunicaciones. Espero que el paso de los años depure mi teoría y, a la vez, defina mi profesión y mi contrato. De momento, cuando me pregunten aquello de ¿a qué te dedicas? responderé: de profesión, comunicador, de alma, audiovisualista.

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Querido hermano,

El buen comunicador es aquel capaz de dibujar con sus palabras lo que quiere contar, y te aseguro que tú eres un audiovisualista del verbo, lo hemos podido comprobar cuantos hemos tenido la suerte de VER los partidos del Plasencia desde tus palabras.

Suerte en tu nueva andadura y felicidades a toda Extremadura porque ahora pueden gozar de tus diseños lingüisticos.