sábado, 21 de julio de 2007

Con sabor a turrón

Llega tras un año (y pico) de espera, de preguntas, de impacienca, de prisas, de interrogatorios, de canciones furtivas, de conciertos fugaces. Llega sin hacer ruido, sonando fuerte y demostrando que la inquietud y las ganas eran justificada. Llega sabiendo a turrón, dulce, crujiente, con un año esperando. Por fin tenemos disco y sin duda, ha merecido la pena.

Los conocí hace dos años (y pico) allá por "La facultad" (pub de Plasencia). En un espectáculo algo desaliñado, su gusto por Los Delinqüentes fue lo que más me convenció para repetir, aunque ya había algún tema que me había quedado con la boca (y con las manos) abiertas. No pasó un mes para un reencuentro más que emotivo, en esta ocasion en la parada del Tube (pub de Plasencia) y con mi hermano como jefe de ceremonia. Han pasado dos años llenos de saltos, gritos, canciones que aprendernos y estudiarnos por el aire. Han sido dos años rápidos en los que la espera de que llegara "Eres buena gente" ha parecido mucho más larga.

Primero fue la afición por la música. Ahora, la amistad se confunde con los sentimientos que cada letra, cada verso hecho canción me transmite. Durante dos años -para mí desde que los descubrí, 4 ó 5 para ellos desde su nacimiento- las imágenes se han sucedido.

Un inicio en la oscuridad de una sala mal preparada, Juancar, unas cañas y unos vinos en un salón de gastronomía previo a un concierto, un arrebato de ilusiones que se apoderó de un escenario y de una ciudad, unas niñas (y unos niños) que se morían por que les firmaran "los del desván", noches de carreteras, días de charla, conciertos, Juancar, desayunos con olor a sepia o arroz o a lo que sea, reggeatton y perreo, moscas en el coche, zumbido de palabras y expresiones con una esperanza de vida tan efímera como la de una carátula diseñada a ordenador.

Conciertos, una noche de reyes, Juancar, macutos y duchones, muchas risas, vídeos inacabados, mesas de sonido, mesas de río, Juancar, fiestas sin domir y días laborables sin poder hablar, o días laborables sin dormir y fiestas sin parar de hablar, guerras de palabras, teorías sobre las navajas, la belleza de la palabra peonza, lo incomprensible del imperdible.

Un poema entre los paréntesis del arco de mi plaza, una canción de ferias, pajitas en la nariz, indios por la calle atando a guitarras y cantantes en los árboles urbanos, abrazos sentidos, sentidos compartidos y canciones que vuelan por el escenario y de voz en voz...

Muchos momentos que se traducen en una portada "garrapatera" y un disco que jamás podré aprenderme porque ya lo tenía memorizado. Por fin llegó "Eres buena gente", por fin lo pusimos en el coche, por fin oímos al Lichis, la flauta y el trabajo de tantos años. Ahora sólo falta que tú le des tu apoyo y compres el disco. Pídemelo, por 10 euros (es lo que cuesta) seguro te consigo una copia.

P.D.: perdón si no nos despedimos de alguien, perdón por las prisas, pero es que necesitábamos escuchar ya este bendito y maldito disco.

4 comentarios:

UnaExcusa dijo...

Qué bonito, niño... Qué bonito y qué sentido...

Juan Carlos dijo...

Nadie podría haber descrito mejor la historia de estos años desvaneros.

Una historia que encuentra ahora un gran punto de inflexión, ese disco que tiene que dar la vuelta al mundo y trasladar todos esos sentimientos que tan bien describes hasta todos los rincones.

Mi historia con el desván empezó unos meses antes y para mí es todo un orgullo figurar reiteradamente en tu artículo y, en esa sentida dedicatoria en el libreto del disco.

Es una prueba más de que no hay que ir a Mineapolis a buscar la felicidad, se encuentra cerca, al lado de las personas que te hacen sentir las ganas por vivir, y detrás de esas canciones hay muchas que lo hacen,no solo encima del escenario sino también enfrente, bailando y cantando, haciendo kilómetros, poniendo casa, cama y comida, poniendo una sonrisa, un abrazo, una silla, un rincón en el coche, un hueco en el maletero, una botella de ron, una rima a pantomima, un ritmo flamenco a la canción de marco, un taconeo encima de la mesa,un palmeo de botellón, una canción en el gabana, un vaso de vino, una palabra justa, una llamada de madrugada, un toque para que le llames,una reflexión sobre las musas, ver amanecer en el ambroz hablando de desamor, una encina en Descargamaría, ver al pulpo en Madrid,compartir amigos, hacer planes, llegar tarde a un concierto (o a todos), cocerse al sol en un concierto con gastroenteritis, suspender otro por la lluvia, que pierda el primero que se mueva, que gane quien encuentre la palabra más fea, que la z y la f no tengan sitio en nuestro vocabulario, que Zafra también sea mi casa, salir disfrazado de maceta en la televisión, llorar viendo cinema paradiso, reir por todo, ser marea roja ya la vez telonero de Vela, compartir camerino con la frontera, producirle un pinzamiento en su amor propio al arrebato, hacerse una foto con el gran Kiko Veneno, comerse 3 bocadillos de morcilla seguidos en el Extremusika, nacer con una flor en el culo, sumar kilómetros que llegan a un sueño, soñar a ratos mientras no paras de andar, .... Y lo que queda....

José Manuel Díez dijo...

Así sea, hermano JuanCar. Y ustedes lo vean...

Gracias por tus reflexiones, Iván.

Un abrazo fuerte

Anónimo dijo...

es bonito saber todos los momentos que habeis vivido hasta llegar aqui, porque, sobre todo, lo habeis hecho juntos y sumando en el camino a mucha gente, a los que atais como a mi, con esos nudos marineros