jueves, 30 de agosto de 2007

Hombre de costumbres

Aturdido tras unas ocho horas de sueño, me despierto y busco al levantarme las zapatillas de andar por casa. Como hombre de costumbres que soy -de esos que siguen diciendo septiembre, en lugar de setiembre-, preparo mi café, desayuno suave y después, tras el pertinente lavado dental, me ducho.

La radio me acompaña desnudo y, poco a poco, me visto a golpe de onda. "Cómo sería Extremadura con playa según nuestros escritores" adivino a escuchar. Con un gesto mitad de indiferencia, mitad de desdén, me acerco a la ventana contemplando como un océano tranquillo baña el recuerdo de un Valcorchero verde. Bajo la persiana para que ella no maldiga la luz del primer sol, calzo mis chanclas, cojo mi sombrilla y bajo a caminar por las dulces arenas y las aceras saladas de mi Plasencia.

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Extremadura con playa.... No puedo imaginarmela. Quiero mi Extremadura como es. No quiero olor de sardinas ni arena en los calzoncillos. Prefiero carnes a la brasa y ver el cielo tumbado sobre la hierba.