sábado, 5 de abril de 2008

Que me pasen la factura cuando termine de pagar mi hipoteca

Pese a estar cansado, cansado, cansado (ver post anterior), volvimos a la locura, volvimos a la carretera y volvimos a intentar comernos Almendralejo. Aunque fuera para un rato, para un bocado, para un abrazo y poco más, para berrear y dejarnos esa voz que tenemos que cuidar. Allí nos plantamos. Y, otra vez, no me arrepiento ¡Bendita locura!

Algunos me preguntan si no me canso, si no me aburro, pero no, no ocurre. Lo haría todos los fines de semana, todos los días. Disfruto, canto, desconecto, me río, salto, chillo, hago como que bailo y toco las palmas sin compás (ni escuadra ni cartabón).

Pero lo mejor: veo a esa gente, a esa buena gente a la que te encuentras una vez cada semestre, a los Javi, Juanlu, Mamen,... a los desvaneros. Sólo les saludas al inicio: abrazo efusivo, sonrisa amplia y ningún hasta luego, pues se pierden en tus prisas porque "mañana tengo que trabajar".

Pero ahí queda eso. Ese ratico, esa ilusión, ese reencuentro. Hoy graban en Zafra. Bien sabe José lo que me jode no estar ahí, pero chico, es que grabar un vídeo en sábado... ¡Cuánto mejor hacerlo un lunes o un martes! Suerte y nada, ¡A volar!

P.D.: Además de todo eso, en el concierto veo y comparo la diferencia entre una banda que ruge, que te anima, que desprende alegría en el directo de sus imperfecciones con la falta de chispas de pasadas estrellas de la televisión que tratan de hacerse hueco en el imposible mundo de la música a base de play-back y actuaciones sin espectáculo.

4 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Cuanto os eché de menos ayer... Cuánto pensé que podía estar ahí, con vosotros cantando, mientras en mi celda de castigo, esta estrecha habitación de hotel de la ciudad dónde se hacen los bolis, veía pasar las horas esperando que llegara la vuelta... y ese videoclip en el que quiero participar.
Son parte de mi.

Como tú hermano, cuanto me gusta leerte aunque estés cansado.

Patricia dijo...

Jo, el concierto estuvo genial, me recordó mucho al de la feria de asociaciones, eso sí, en aquéllos tiempos no se limpaban el sudor con una toalla impoluta, sino con la camiseta; se bajaban con nosotros tranquilamente y nos tomábamos unas copas, ahora un gorila los encierra en una furgo y no te deja pasar a saludar; antes cantaba yo sola y ahora corean conmigo muchas voces... muchas cosas han cambiado, otras guardan su esencia y siguen igual. Qué grandes sois!

Anónimo dijo...

jooooo

a ver cuando podemos hacer la cenita en mi casa que tengo miles de ganas de que veais mi pisito ya adaptado a mi je je

pero andamos todos igual, cansados, liados, agotados...

Eso sí, también pude sacar un hueco para ver a estos chicos tan majos, estos desvaneros, estos que con una cabra hacen maravillas.







el secreto de la vainilla

Juan Carlos dijo...

Zoofilia se llama, no maravillas. Pobre cabra... no está pagado ni con todo el pienso del mundo lo que sufrió ese animal...