martes, 17 de junio de 2008

Muy lejos

Vaya fin de semana. 1200 kilómetros, una noche de hotel, un partido de fútbol y una sensación de robo, de impotencia y de admiración. El esfuerzo en el deporte con un equipo vestido de verde y que veía como el dinero puede, a veces, con las ilusiones. Triste.

Es triste pero es digno de elogio los valores, esos de los que tanto se habla, que se pudieron ver el domingo en el Villanovense. No sé si será que sienten los colores y como me decía Josué "es orgullo de formar parte del club", pero las lágrimas eran sinceras y el esfuerzo y el sacrificio era palpable.

Me gustó el Villanovense y, aunque mi pasado está más por Don Benito, cierto sentimiento serón se vino conmigo el domingo. No defraudaron.

Del trabajo, por fin me divertí tras dos partidos sin hacerlo en fútbol. La autoestima es eso: auto-estima, y da igual lo demás. Y uno tiene la autoestima baja cuando sabe que no ha dado el nivel o cuando se ve desubicado. Tan fácil como eso. Y el mío había bajado en fútbol: oxidado, despistado, no sé. Sólo sé que los dos partidos anteriores no di el nivel, quizá, por la excesiva falta de costumbre que hace, incluso, que el particular vocabulario de las retransmisiones deportivas hayan quedado en el olvido. Creo que el domingo no pasó. Y digo eso porque yo me fui contento, porque me divertí y porque uno se da cuenta de que piensan a cada hora los demás. Además, algún mensaje y alguna charla en estas pocas horas de trabajo, me han vuelto a inyectar algo de moral para este laaaargo mes de julio que me espera.

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Hermano, no estuviste bien, estuviste soberbio... disfruté como nunca escuchando un partido... del villanovense!!!¿quién me lo iba a decir?

De verdad felicidades, no escuché los anteriores, pero este de principio a fin. Y sabes que en los viajes siempre vamos contigo, como yo os siento a mi lado cuando cruzamos España de lado a lado con el baloncesto.