martes, 12 de mayo de 2009

La liga, la radio y yo

Un domingo sin radio es como un jardín sin flores. Es domingo, está bien, pero falta algo. Yo hace mucho tiempo que no vivo los domingos de pijama, película siestera y auricular vespertino, pero está claro que la vida no cambia y que la afición al fútbol sigue rompiendo la comunicación en el hogar. Bueno, en verdad, algo parece haber cambiado. El domingo, los aficionados que estaban en los campos de fútbol extremeño demostraron que, paulatinamente, han cambiado el dial en sus transistores. Si te lo dan todo ¿por qué elegir la mitad? Para mí, que hace mucho que no vivo los domingos de pijama, película siestera y auricular vespertino, es un placer especial comprobar que el gol que canta Álex del Imperio lo celebra el Príncipe Felipe de Cáceres o que la voz de Reina y el tanto de David Carmona inician un murmullo de satisfacción en el José Pache de Badajoz. Me agrada saber que la cara de los aficionados de mi Ciudad ha cambiado porque Rodri canta un gol en Zafra, y otro, y otro, y otro.

Yo, que hace tiempo que no vivo los domingos de pijama, película siestera y auricular vespertino, encuentro sentido a haberme olvidado de los domingos de pijama, película siestera y auricular vespertino. Porque la gente, y no es mérito mío, ha cambiado el dial y se interesa por lo que hace su equipo, aunque se quede en casa para ver como el Barça tiene que esperar para cantar el alirón, pues Joseba Llorente ha pagado a Iniesta con su misma moneda.

Días como el domingo satisfacen, porque el trabajo queda bien hecho, porque los compañeros lo dan todo y, bajo la presión de no poder fallar y no poder perder un segundo en las ondas, te das cuenta que tienes a tus espaldas a un equipo de radio excelente. Ahora sólo falta que esas espaldas reciban algún día una palmadita y no tantas collejas innecesarias, inútiles e injustificadas... ¿quién será, será... Whoever you´ll be, you´ll be... quién presentará?

4 comentarios:

Patricia dijo...

pues yo prefiero los viernes y sábados...

Patricia dijo...

uuuuuhhhhhhhhhh los domingos!!!!!!!

Juan Carlos dijo...

A mi también me gustan los domingos porque, esté donde esté, en un momento dado puedo mandar callar a la gente, señalar el transistor y decir orgulloso... "eh! que ese que habla es mi hermano!" Me encanta.

felipe del castillo dijo...

Compi, acostumbro de vez en cuando a echar un vistazo a tu blog pq me agrada leer lo que escribes (y no es un piropo gratuito). Esta vez comparto contigo todo lo referente a las tardes de domingo de pijama, película y el auriculares enganchados al Carrusel, Tiempo de Juego y demás... Creo que por suerte podemos disfrutar de algo más cercano, más nuestro y creo también (y para más suerte aún tuya y mía) que podemos sentirnos orgullosos de ser partícipes de eso que algunos desde la envidia no valoran y otros desde cada autobús cada domingo sienten como algo necesario que es nuestro Extremadura en Juego. Tú sabes lo que cuesta estando en Plasencia o Navalmoral, meterse una "pechá" de kilómetros un domingo por la mañana (evitando por supuesto salir un sábado, evitando un domingo de pocos madrugones, siesta, pijama y lo opus citatis) y llegar a casa algunas noches cerca de las 11. Pero todos los inconvenientes se quedan en nada cuando suenan las señales horarias a las 12 (de la tarde según decís los profesionales del medio) y nos ponemos a la faena hasta las 9 de la noche con ese ramillete de amigos que van de campo a gol y de gol a campo. Creo que merece la pena los kilómetros, los sábados de reposo en casa, las siestas que no nos echamos los domingos...
Un besito chato!