lunes, 22 de marzo de 2010

Sed

La semana nos ha traído nuevos soles, la primavera nos deja tormentas calurosas que alimentan nuestra sed. Sed de imposibles, de utopías o de felicidades que no dependen de uno mismo.

La arruga de mi cama me despierta y, bajo el almohadón, recuento y recapitulo pequeñas alegrías que necesito. Esas nimiedades, esas cuestiones absurdas que llegan sin más pero que te arrancan una sonrisa.

Sed por ver una película inesperada que te llegue, que te anime el día, que te permita afrontar la noche algo más relajado, más feliz. Sed por una victoria de tu equipo, por un concierto inesperado, por "esa canción" de tu artista favorito.

Nunca vienen mal esas pequeñas alegrías que no buscamos. Un aplauso inmerecido tras un gol, una mirada de una chica guapa (o un chico aparente) al pasar, una llamada de un buen amigo, un correo electrónico o un mensaje inesperado en el facebook. Pequeñas alegrías que te quitan la sed, da igual si está el vaso medio lleno o medio vacío.

Yo siento sed de esas pequeñas buenas noticias, aunque haya gotas que dejan miel en mis labios. Su presencia en casa en una cena en familia, su sonrisa tras el estornudo fingido. Pero siguen faltando cosas. Abrazos a media tarde sin venir a cuento, arrepeíos en la noche frío, o cálida, o calurosa, un regalo sin cumpleaños, una felicitación sin aniversario ni santuario.

Tengo sed. Sed de ti, sed de pasiones, de días juntos, de horas en tus brazos, de minutos en tu mirada.

Sed de canciones, de golondrinas, de poesía por las calles. Sed de cosas pequeñitas, uho, uho, uho, uho.

2 comentarios:

Patricia dijo...

... cuando un tiene sed, pero el agua no está cerca..."

el secreto de la vainilla dijo...

Es bueno tener sed. Aunque rebosemos siempre debemos querer más y más de esas cosas que nos llenan y rellenan.

Me gusta el "nuevo look" de tu blog.

Besicos