lunes, 20 de junio de 2011

Razones

Todos tenemos razones para actuar como actuamos sin tener, necesariamente, la razón. De hecho, seguramente, todos tenemos razones también en la mayoría de las ocasiones para hacer lo contrario de lo que hacemos. Quizá la razón, como algo único, no existe. Nadie tiene la razón absoluta. Podemos tener más o menos razones, razones más o menos fundadas, de más o menos peso, pero razones al fin y al cabo que, acertada o equivocadamente, nos llevan a tomar una decisión creyendo que teniendo razones tenemos la razón.

Nadie nada más que nosotros es capaz de valorar nuestras razones. Será por aquello del principio de incertidumbre pero sus razones para obrar en la situación que nosotros estamos son suyas y nunca podrán ser las mismas que las nuestras, por lo que su razón (uso de la razón) estará siempre en un lugar distinto a nuestra razón, por lo que no pueden valorar mi razón ni asegurar que la suya o la mía es la razón absoluta. No hay razón. Hay razones. Las entiendes o no, pero son las que hay y años ha habido para dar la razón a quienes siempre han obrado como si tuvieran la razón, aún no teniéndola pero teniendo sus razones, y razones para pensar que tenían la razón.

Vamos, que mis razones son mías y me las follo cuando me da la gana... no era así el chiste, ¿verdad?

1 comentario:

Jorge Solana dijo...

Pufff... Es un tema que me toca la fibra... Deberíamos ser más tolerantes, el problema viene cuando tú ves que el cielo es azul y otro te dice que no, que es rojo, a ver quién le hace entender que está equivocado...
La democracia además no es lo más justo en muchas ocasiones.
Un abrazo