domingo, 24 de enero de 2016

La cultura del odio

Vivimos tiempos políticos apasionantes.
Lamentablemente, la élite política demuestra una vez más lo lejos que está del nivel que se le espera y exige.

Incapaces de mirar por otros intereses que no sean los propios, sus estrategias siempre van encaminadas en poner en evidencia al otro. Lo importante es el voto, restarles votos (aunque no los gane).

Y el tiempo pasa y, cuanto más tiempo pase sin que pase nada, mejor para ellos.

Insisten en usar las fórmulas de siempre para afrontar un tiempo y unos retos totalmente diferentes.

Insisten en que el único camino es aquel que no ha dado resultado, el que nos ha llevado al lugar que estamos. Igual es que ese era su único destino. Que el tiempo pase sin que pase nada.

Y, para conseguirlo, usan el miedo e inculcan el odio. Partidos podridos en sus entrañas por la corrupción y la manipulación, responsables directos de escalofriantes datos de desigualdad y pobreza, propagan el miedo, promueven desprecio, siembran el odio.

Otra vez sembrando odio.

Y, entre tanto, la gente en sus casas odiando a gente que no conoce porque tiene miedo a perder lo poco que nos han dejado tener, odiando a gente que no conoce sólo porque su voto fue diferente, porque sus símbolos son otros (ya sea la bandera o el equipo de fútbol).

España y su cultura del odio, un odio que suena a añejo, un odio que ya conocemos.

Dejemos de odiar.
Dejen de meternos miedo.

No hay comentarios: