miércoles, 20 de junio de 2007

Los actores, las actrices, las salas de exhibición y la ley del cine

Huelga decir que la ley del cine ha puesto en huelga a actores, actrices y salas de exhibición. Volvemos a las andadas, se trata de apoyar a un sector desprotegido pero es imposible llegar a un acuerdo con todas las partes. Parece que alcanzarlo con el gremio de intérpretes es más sencillo, pues tan sólo hay recoger en la ley sus demandas que, por otro lado, caben en esa ley. El mayor problema radica en el consenso con las salas de exhibición.

Rápidamente han salido los "cines de España" a decir que el "cine de España" no es rentable, que las salas con películas nacionales están vacías y que las "obligaciones" que se exponen en la ley son un abuso, excesivamente proteccionistas e intervencionistas, y les condenan a poner películas poco rentables. En sus argumentos o en la exposición de sus quejas no manifiestan las obligaciones que las majors americanas y las grandes productoras les imponen para hacerse con películas infumables con tal de poder "estrenar" las cintas más demandadas.

Dicho esto, analicemos el cine y sus audiencias y llegaremos a una conclusión: el problema del cine no está en las películas europeas ni españolas. De hecho, el número de espectadores que van a ver películas llamadas "minoritarias" no ha descendido: siguen yendo (o seguimos yendo) los mismos.
El único motivo por el que alguna de estas películas pueden pasar (más) desapercibidas en nuestras carteleras se debe a la tardanza del estreno (hablo sobre todo en nuestra región) que te llevan a recurrir a la tan condenada piratería que, para muchos, es única vía de acceso a determinados títulos como por ejemplo "Bajo las estrellas", que no aparece en los cines extremeños. Por cierto, somos muchos aún los que vamos al cine y nos gusta pensar, leer una película y no ojearla, mirar una pantalla llena de movimientos de cámaras, estruendos y guiones sin sentidos.

Precisamente, en verdad, el número de aficionados que ha descendido es el de las "grandes producciones". Hablo consciente de lo que digo, como estadista de aforos cinematográficos que fui y hermano de estadista de aforos cinematográficos que soy . Las salas de exhibición ya no se llenan como hace sólo dos años, las colas para ver Harry Potter no dan la vuelta al cine como en la primera sesión, aunque el público siga viendo estas películas. En este país, algo funciona mal. Para tratar de ganar dinero, seguimos cobrando más, pero ofreciendo lo mismo o peor.

Las películas dirigidas al gran público están cargadas de una mera excitación sensorial. El sonido dolby de la sala o los efectos especiales en la gran pantalla son los únicos atractivos que nos ofrecen los cines. Nada más. Y a eso, poco a poco, ya se puede acercar cada uno -salvando las distancias- a través de tecnología casera. Aunque el mundo audiovisual ha dado pasos de gigantes en este último lustro, las salas de exhibición no han tratado de combatir este avance que les supone un lastre. Es como si hubiera aparecido la televisión y el cine siguiera siendo mudo.

A día de hoy, las entradas cuestan unos dos euros (332 pesetas) más que hace cinco años pero... ¿te ofrecen algo más que entonces? Se cobra más y se ofrece lo mismo, no se busca atraer la demanda con una mejora en la oferta. Una mala táctica de mercado de la que no tienen culpa ni el cine español, ni la ley del cine, ni los espectadores que prefieren ver títulos poco atractivos en sus casas. Yo, para una carga sensorial, me quedo en mi casa y veo el logo de Londres 2012 que hasta produce epilepsia.

VED CINE ESPAÑOL, QUE NO SE APAGUE NUESTRA LINTERNA MÁGICA

1 comentario:

Iván H. Bermejo dijo...

Ayer fui a ver "Bajo las estrellas" a los Multicines Alkázar de Plasencia. Una feliz noticia que tan laureada película haya llegado a la cartelera placentina tan solo una semana después de su estreno nacional.