lunes, 22 de octubre de 2007

Acerté

(o ¿Cómo no hablar de ello?)

Que gran placer ese de tener razón, el de acertar con el pronóstico más improbable. Lo dije al inicio de la semana, lo repetí durante el fin de semana y se cumplió. El mundial es para Raikonnen. Y no tiene nada que ver con el destino, ese que cree colocar a cada uno en su lugar ¡Leches! Tiene que ver con los méritos, el trabajo y la realidad. Raikonnen primero, Massa segundo, Alonso tercero y Hamilton fuera. Dicho y hecho.

A mí me tiembla la voz en cada programa, la mano cuando tengo un lanzamiento decisivo jugando a los bolos o la muñeca en el último golpe del mini-golf. Al fin y al cabo soy un aficionado. A Hamilton le tembló el pie cuando vio que Alonso le adelantaba. Estaba concienciado para asumir un rol si le pasaba Kimmi pero... que le adelantra Alonso no entraba en sus planes y los nervios le pudieron. Carrerita por el cemento y para casa. Es un gran piloto el chico, pero le faltan vueltas. El primer año hay que ir con la L por algo, por falta de reflejos y, sobre todo, por falta de seguridad en tus acciones, aunque algunos confundan la experiencia con el exceso de confianza y eso se convierta en temeridad.

Lo dicho, que ganó el finlandés, que Hamilton terminó séptimo y un brasileño se coló en medio del título para que se lo llevara el hombre frío que salió de McLaren precisamente para eso, para ganar el mundial. Y yo, que me gusta a veces eso de rizar el rizo y pensar en el más difícil todavía, acerté aunque, a decir verdad, el pronóstico era más lógico de lo que se vende.

Supongo que hoy Mario será uno de los más felices.

No hay comentarios: