jueves, 6 de diciembre de 2018

Frío

Es madrugada. El frío y el silencio recorren la ciudad. Una farola parpadea al lado del parque. Un perro ladra. Respuesta inmediata. La escarcha duerme en los parabrisas. Un joven apura la cremallera de su abrigo hasta la barbilla. Una mujer camina descalza de vuelta a casa. En sus manos, dos zapatos y tacones largos y afilados como su miedo. Una sombra, acelera el paso.
Una alarma despierta a no mucha distancia. Lucen intermitentes sonrojan un coche. Vapor en los cristales, dos chicos esconden su sexo en plena calle.
El camión de la basura. Un hombre se baja, camina ligero y carga el contenedor. Pequeña carrera y vuelta al camión. El frío congela las manos y las ganas de conversación. Una chica entra en un cajero. Un pequeño bolso, taconeo inquieto y cabeza bailante.
Con cuidado tapa el teclado, inconsciente de que ya la están robando.

En frente, otro banco. Letrero apagado. Un cuerpo tirita. Unas mantas protegen unos cartones. Un carro de supermercado en la puerta. Una gran oferta de hipoteca en el ventanal. La luz azul de un ordenador alumbrando la escena. 20€, un pequeño bolso, enésima mirada al móvil ¡Mi taxi!

Edificios a oscuras. Persianas como muro al frío. Un flexo que se enciende en una habitación. La luz del pasillo se adivina por otra ventana. Vidas que surgen entre los sueños. Un hombre acaricia el pelo de su pareja. Ella sonríe inconsciente. Un niño esconde sus miedos en el pecho de su padre. Una estudiante vuelve a subrayar sus apuntes. Alguien tacha poemas a la luz de una tablet, rebusca en la basura. Huele a café. Dos ojos desorbitados, una pantalla y porno dan calor al universo de un adolescente. En la otra pared, un hombre de 50 años hace lo mismo. Dos bloques después, una mujer fantasea con el mejor sexo que ha tenido. Un tipo de unos 30 años intenta atinar con la llave del portal. Una mujer sufre y se muerde el labio en el portal de al lado. Nadie lo ve, nadie lo escucha. Nadie la va a creer.

Una puerta se abre en un piso cercano. Dos zapatos, un felpudo, una pequeña maleta con ruedas y cientos de kilómetros entre los dedos. De saludo, el monótono motor de la nevera. Él camina lento, pesado y silencioso. Ella duerme y, quizá, sueñe con él. Él enciende la luz del baño. La cadena ruge como estorninos migrando. Una cama vacía y frío, hielo, escarcha entre las sábanas. Ella duerme y, quizá, sueñe con él.

Afuera, un árbol cruje. Sus ramas se estiran en búsqueda de hojas. Pasa el camión de la basura. Hielo en un capó. El ventilador de un coche calla al silencio.  Una farola parpadea cada vez más lento. La luz de un portal apaga la oscuridad. Una mujer llora mientras coloca su falda.  El frío estremece, como el miedo, las calles y los cuerpos; los bancos y cajeros.

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