viernes, 23 de julio de 2021

Un día perfecto.

 He olvidado los días perfectos. Si no hay crisis de ansiedad hay una apatía que lo ciega todo. No puedo recordar, ni planificar, ni saber qué me gustaría hacer o que hice con la sonrisa puesta. Y cada día que pasa, me cuesta más. Hubo un par de días de ligera mejoría, de sentirme mejor sin crisis, pero la ansiedad está ahí frenada pero latente y todo es tristeza. Probablemente, mi día ideal no sería muy distinto al de ayer, pero sin sentir lo que siento.

Levantarme a las 8.15hs. Sonreír al ver a Phoebe. Lavarme rápido y ponerme una camiseta.

8.20hs. Sacar a Phoebe a pasear. Dejar el móvil en casa. Pasear y correr con ella por la calle, subir ligeramente hasta el puerto haciendo algo de ejercicio y después bajar con Phoebe tirando de mí

8.50hs. Llegar a casa. Prepararme el café. Desayunar tranquilo, si aún no se ha despertado la familia, mientras leo algo de prensa en el teléfono.

9.15hs. Limpiar el salón. Poner música de fondo o el partido de la selección mientras limpio. Muevo las sillas, lo muevo todo. No dejo ni un gramo de mi esfuerzo para que todo esté lo más limpio posible.

9.45hs. Hacer el desayuno. Ya se han despertado Patricia, Candela, Mario y Mateo. Patricia ha ido a sacar otro ratito a Phoebe mientras yo preparo el desayuno. Tuesto pan, preparo tomate con aceite y sal y unas lonchas de jamón.

10.00hs. Desayunamos en familia, con la tele de fondo. Esta vez, con los JJOO en la pantalla mientras comentamos qué tal hemos dormido y qué vamos a hacer durante la mañana.

10.30hs. Recoger la mesa, la cocina, el resto de la casa junto a Patricia mientras Candela, Mario y Mateo juegan en sus habitaciones.

11.00hs. Es la hora de pintar. Yo me sumo con el resto de la familia a hacer dibujos, a escribir cartas, a jugar con la plastilina. No me cuesta hacerlo. Sale solo.

11.30hs. Hemos decidido salir a comer y a bañarnos con mi hermano. Preparamos las mochilas, las meriendas, las toallas, los bañadores, los flotadores. Todo para salir de casa para pasar el día fuera.

13.00hs. Una que hemos colocado todas las cosas, nos montamos en el coche y vamos a por Carlos, que nos espera en su casa. Hoy conduzco yo. Hemos decidido bañarnos en Navaconcejo.

13.30hs. Llegamos al río. Antes de ir a comer, dejamos todo en la zona de "playa" y nos pegamos un baño refrescante. Sacamos la pelota, jugamos y nadamos entre los peces.

14.00hs. Comemos. Hay un chiringuito al lado del río en el que siempre tienen raciones que nos gustan. Hoy me pido una cerveza 0'0, además del agua. Hay gazpacho, entrecot, ensalada. Hablamos y reímos mientras comemos. Nos quejamos de la política, del fútbol, de lo que nos plazca. Pedimos un helado de postre. Nos lo comemos de camino a las toallas.

15.00hs. Tiempo de cremas antes del siguiente chapuzón. Nos bañamos. No me gusta estar mucho tiempo metido, pero entro y salgo, jugando a la pelota, disfrutando con Mateo en la orilla, riendo con Candela en su donut, creyendo ser Unai Simón con Mario.

No hay hora. Nos bañamos cuanto nos plazca. O salimos para tomar un café a eso de las 17.00hs. 

18.00hs. Hora de la merienda. Sacamos el bocata y, de postre, un helado o unas patatas fritas que compramos en el chiringuito. Y jugamos a las cartas, al Uno, al Doble, al fútbol.

19.00hs Ha llegado otra familia que conocemos desde hace años. Nos abramos al vernos, había ganas de charlar, de saber de sus vidas, de las nuestras. Combinamos las conversaciones con el juego cuando alguno de los niños lo requiere. Yo hablo de lo que sé, de lo que me gusta.

20.00hs Se está estupendamente en el río. No nos apetece irnos. No me apetece irme. Seguimos bañándonos, jugando y hablando de recuerdos, de lo que no sabemos, de lo que queremos hacer.

21.00hs. Los niños quieren ir al Burger King. Candela quiere ir a cenar a una terraza con otra amiga. Es tarde, pesa el cansancio, pero recogemos, vamos a casa a por Phoebe y nos vamos a una terraza a comer mientras Phoebe pasea a nuestro lado.

23.00hs. Se ha hecho tarde. El día ha pasado volando. Nos despedimos, quedamos para otro día, para cenar otra noche, para ir a la piscina. Volvemos a casa.

23.30hs. Ducha rápida, nos vamos a la habitación (tenemos los colchones en nuestra habitación para poder usar el aire y que huyan del calor) y vemos la tele en familia hasta que los ojos se nos van cerrando.

¿Un día perfecto sin ansiedad? Ayer, pero sin depresión ni ansiedad, sin que toda esa sinrazón me impida disfrutar de lo que quiero.

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