lunes, 23 de noviembre de 2009

Domingo

Levántate tarde. No te importe haber trasnochado. Mecano o un concierto en el Lope un año y un día después no tienen que esperar. No hay excusa para quitarle la prioridad.

Una cerveza, otra. Ponme otra más. Comparte un tiempo con los amigos... ¡Soy un pato! Yo un manchurrón.

Levántate tarde. Nadie te espera. Hoy no hay obligaciones. El fútbol sólo como placer.
Un clásico espera, también una comida en familia o una buena siesta. El chair long se impacienta. Para ti la amarilla, yo me quedo con la verde.

Levántate tarde. Ronea con la almohada, mima mi nuca como nunca. Juega con mis rizos, buscaré yo los tuyos entre sábanas y caricias.

Levántate tarde. Ríe. Pásame el bizcocho, o la hamburguesa, o las dos cosas. Mira por la ventana, contempla como llueve sequía, como el sol se ha adueñado del otoño, que ya no es tan resbaladizo pero, este domingo, sí será romántico.

Levántate tarde. Es domingo. Por fin es domingo.