El Romano espera una nueva tarde de fútbol y yo anhelo las sonrisas de ayer, los ojos brillantes y las lágrimas de una felicidad detenida. Segundos de fuertes emociones, minutos de abrazos y reencuentros, horas de rememorar recuerdos que no tengo, un día lleno de vida, de años de carreteras y puentes, de polvo en el cajon, de aceite en la sarte de un fogón calentado a base de paciencia y amor.
No sé porqué, pero la alegría de un día inconmensurable se ensombrece hoy en una gris melancolía. Triste nube de efímeras presencias y eternos sentimientos. Todo se acaba, y esto ha durado tan poco. Añoro a gente que no conozco. Añoro poder hacer feliz más veces a mis padres. Añoro mi tiempo, aquel que ayer fue el suyo y que siempre ha sido de ella.
¿por qué estoy tan triste? ¿Por no poder labrar hoy tanta felicidad sembrada?
Será noviembre, será géminis.
Será la dualidad de este frío que oxigena mis sentimientos y hiela mis huesos en nuevo domingo.
domingo, 15 de noviembre de 2009
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2 comentarios:
No estés triste hermano, sé feliz de haber contribuído a hacer feliz a las dos personas que más importan en nuestra vida.
A veces la vida nos regala momentos tan dulces que al pensar que tienen un final, se vuelven amargos.
Yo me siento FELIZ, de poder haber formado parte de esta gran sorpresa, de este regalo inolvidable, de esta historia de amor y amistad.
Ha sido como ver una película y sentirte el protagonista.
Muchas emociones difíciles de explicar que jamás olvidaremos.
Disfruta de la felicidad, efímera, pero felicidad al fin y al cabo.
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