domingo, 28 de noviembre de 2021

Desde 0.

 Vuelvo a empezar. Reseteo. Reinicio mi terapia, mi cura, mi conocimiento del trastorno, de enfrentarme a él. Me he sentido perdido, desorientado, sólo, aturdido, hundido. Perdí la perspectiva y la noción de la realidad, perdí el tiempo en creer lo que mi mente construía, lo que mi cabeza destruía. Me metí en un laberinto inventado, silencioso, oscuro, en el que las únicas pistas eran las que salían de mí. No entendía las voces de mi entorno, ni las generosas manos, ni las palabras. Me engañé. Sin querer, sin saber, me engañé, no encontré la verdad, me faltó valentía y generosidad, pedía que me dieran lo que yo he sabido darme, exigía de otras personas lo que yo era incapaz de sentir por mí. Ayuda, preguntas, cariño, amor. 

No me valía el que recibía porque no era cómo yo lo concebía y yo lo concebía desde fuera sin ver mis telarañas, mis rincones sombríos, el moho de un corazón destartalado, incapaz de quererse, creyendo que fuera le miraban la desconfianza, la falta de fe que debía nacer en mí, pidiendo una aprobación que debía echar raíces en mi interior.

He de nacer de nuevo, como tantas veces se nace en esta vida. He de nacer queriéndome. He de creer en mí, He de ser valiente, tan valiente como lo es siempre ella, que da el primer paso de la verdad, una verdad que llega fría, como el viento antes de la nevada, como capa de escarcha en la madrugada, como la muerte que deseas cuando la escuchas, pero que se resquebraja, se derrite haciendo verdecer la tierra, se convierte en copos de nieve que se posan en tu silueta, se vuelve una nueva vida, un renacer, un aprendizaje.

Renacer, aprender, compartir, querer (a mí el primero), estar sano para poder amar, estar sano en lo individual para estar sano juntos, ella y yo, el mundo y yo, luchar por lo que crees y será lo que tenga que ser.

Huele a otoño, cae la hoja y parte de mi pena, caigo de lo inventado a la realidad con ganas de vivir y sanarme, de renacer tras haberme encontrado. Siempre me encuentras cuando me pierdo. Siempre me amas aunque no lo vea. Siempre estás cuando desaparezco. 

No sé lo que durará, pero hoy soy optimista. No estoy curado, pero después de varias semanas perdido, creo que me he encontrado, he salido del laberinto y ando por un camino nuevo que se construye a cada paso.

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