lunes, 18 de abril de 2022

Sentado en un banco

 Me he sentado en un banco, a la sombra, a respirar, a esperar, a esperarte.

Te veo llegando con tu bastón, algo asfixiado, con una sonrisa en la boca, secándote con un pañuelo de tela el sudor de tu frente. 

Hablaríamos poco, vaguedades sobre cómo ha cambiado el tiempo, como hemos pasado del granizo al calor, maldecirías al PP, hablarías de la última ocurrencia de Pablo, con esa cara tuya de preocupación que te he instalado desde hace un año, que creció hace un mes. Te ofrecerías a llevarme, a ir al colegio a por Candela, Mario y Mateo. Charlaríamos de Mateo, de su espontaneidad y locura, de esa cabezonería tan tuya, tan nuestra. 

Te he creído muerto y he sentido tu recuperación. He tenido miedo y una cierta paz, he odiado la esperanza por temor a que no se cumpliera, te recuerdo a cada instante tras el cristal, luchando tan calmado. En la puerta del quirófano, con los ojos helados.

Cada hombre que veo en la calle me recuerda a ti. Paseando por la Isla, por los Patos, sentado como yo ahora en un banco. Tu pelo ya canoso, tu barba bien afeitada. Recuerdo cuando aún estaba poblada y llevabas a Patricia de tu brazo hacia nuestro altar. Esa es la imagen en la que más te recuerdo. Ese halo de felicidad, el verdor a tu alrededor, el ruido del río, Patricia blanca y harmoniosa, más que una nuera, una vida entera detenida en ese justo instante.

No soporto el silencio. La oscuridad que se cierne en casa, el rostro sin sonrisa de mamá, la tele apagada. No soy capaz de ver Pasapalabra o Saber y Ganar. 

¿Quién me va a hablar de los magníficos? ¿Quién va a llenar de palabras el vacío de los paneles? ¿Cuándo vas a volver?

No sé ni llorar. He olvidado cómo se hace. Tengo un nudo que me lo impide. Me gustaría abrazarte, no he sido lo suficientemente hombre para hacerlo más veces, para darte besos de verdad y no esos que caen casi por inercia. 

¿Cuándo vas a despertar? Te queda tanto por celebrar. Odio los motivos que nos dimos y que parecían insalvables hace un año ¿qué hay más importante que celebrar el amor, la familia y el seguir vivo, por muchos achaques que nos atormenten y persigan?

Te estamos esperando, papá.

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