miércoles, 8 de septiembre de 2021

Decir que no.

 ¿Cómo hablar? ¿Cómo decir lo que ya has dicho? ¿Cómo sentarme y conversar si tienes el miedo de que no escuche? ¿Cómo pedir ante el temor de la discusión, de la negación constante? ¿Cómo explicar lo que cada día explico en estas letras: mi dificultad de ser yo, mi imposibilidad de llevar la vida como si no existiera la enfermedad, o de sobrevivir a todo lo que mi cuerpo ha dejado de tolerar?

¿Cómo volver a contar que la última escapada ha dejado posos en mí que parecen irreparables, un cansancio extremo, un dolor de cabeza insoportable, unas piernas que no se quieren levantar, unos ojos que sólo quieren sentir la presión de la almohada y la soledad? ¿Cómo gritar que no puedo, que tenemos que cambiar, que la vida no es igual? ¿Cómo no trabajar y seguir haciendo el resto de la vida prácticamente igual, sin cumplir las restricciones que alargan este calvario, esta agonía, esta ansiedad? 

¿Cómo expresas eso cuando crees que lo has repetido mil veces? ¿Cómo decir que no? ¿Cómo parar y ser mi urgencia y prioridad?

No puedo salir casi de casa, no puedo estar con más 5 personas, no puedo ir a grandes superficies durante un tiempo prolongado, no puedo tener conversaciones, no puedo estar cada 2-3 días en celebraciones o lugares públicos, no puedo ir a comer fuera. No soporto las miradas, me aturde el ruido, me paraliza la ansiedad. 

¿Cómo describo la enfermedad para que se entienda, para que se comprenda que me inhabilita para hacer muchas cosas? A veces, deseo que fuera otra enfermedad, una de esas por las que la gente se compadece pero entiende y no te pide que hagas nada, ni te empuja a salir, a divertirte, a olvidarte de todo lo que atormenta?

¿Cómo recuperar mi lista de urgencias y no pasar de donde no tengo que pasar? ¿Cómo pedir tiempo para mí, no por egoísmo, sino por necesidad, incluso por generosidad? Tiempo para mí para poder tener antes tiempo para los demás.

Estar menos para estar antes.

Estar menos para estar antes. 

Necesito estar menos para estar antes. Simplemente para poder estar. 

No es que sufra recaídas, es que continúo igual. Y lo noto todo. Cada exceso trae consecuencias. Cada ciertos días sin escribir, sin meditar, sin pasear, sin buscar mi yo más feliz y productivo es una carga que pesa demasiado a las pocas horas.

¿Cómo suplicar que ya no puedo más? Tengo una enfermedad y esta enfermedad me impide sonreír, me impide salir, me impide estar con gente con la que quiero, me impide disfrutar. Y cada día que hago algo para lo que no estoy preparado, cada vez que fuerzo para hacer lo que mi enfermedad me impide, es un nuevo paso atrás. 

Y siento que ya no hay fondo, que he tocado todos los suelos posibles y que, o cambio, me planto y hago sólo lo que puedo hacer o cada vez estarán más lejos las paredes a las que me pueda agarrar para escalar ¿cómo lo puedo explicar?

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