jueves, 9 de septiembre de 2021

Puta ansiedad.

 Maldita seas, ansiedad. Tú y todos tus efectos. Tú y todos tus síntomas. Tú y todos mis dolores.

De cabeza, de piernas, de estómago. Esa imposibilidad de levantarme, esa necesidad de dormir y vivir a oscuras, esa obsesiva sensación de sentirte frágil, vulnerable.

Maldita seas, ansiedad. Por no permitirme disfrutar, por no dejarme avanzar, por llenar mi cabeza de enfados y dudas, de miedos y culpas. Por empedrar mi camino y hacerlo resbaladizo y pesado.

Maldita seas, ansiedad. Y maldito yo, que no sé qué hacer, que sólo puedo tumbarme y no dormir, dormir y no descansar, coleccionar pesadillas y no poder soñar ni distinguir lo que sueño de la realidad.

Maldita mi ira, mi impotencia, mi violencia contenida, las voces que me condenan, que apuntan a salidas que son huidas, trampas de mi cabeza, locura desatada y enrabietada. 

Maldita seas, ansiedad.

¿Quién te trajo? ¿Quién te llamó? ¿Quién te quiere? ¿Para qué viniste? ¿Cuándo te vas? ¿Cómo hacer para que vuelvas a tu lugar?

Maldita seas, ansiedad.

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