sábado, 18 de septiembre de 2021

Desaparecer

 Hoy es uno de esos días. No sé por qué. Me despertado queriendo desaparecer, borrar mis huellas, ser nadie en algún otro lugar, cambiar mi vida por completo, en la austeridad, en el silencio, en la soledad, en el anonimato más severo. Ser nadie. Tener nada. Tener sólo lo que necesito y no salir.

Hoy es uno de esos días. No sé por qué. Uno de esos días en los que me siento inútil, en los que necesito hacer cosas, estar activo para creerme capaz, en los que no puedo ni moverme, en los que me gustaría tumbarme a oscuras esperando que todo pase. 

Hoy es uno de esos días. Ayer fue feliz. Sonreí, hablé, participé, no dudé. Fui un poco yo. Lo justo. Cuando el cansancio empezó a pesar, nos fuimos. No he dormido mal, tampoco he dormido bien. Me siento absurdo. Me duelen noticias, vergüenzas, decisiones ajenas. Debería separarlas de mí, debería desocuparme de ellas, no preocuparme, pero me afectan. Siento que el mundo sólo puedo cambiar a peor. Y siento que no valgo para lo que creo valer. Es un terror inexplicable, incomprensible, pero no hay nada que me haga pensar que lo puedo hacer, que puedo vivir más allá del lugar que alcancé. Todo es niebla y un acantilado enorme, con olas rugiendo, llamándome y, al mismo tiempo, recordándome que no podré nadar contra la corriente.

Me gustaría no ser. Desaparecer. Y empezar a ser otro, de 0, perder mi memoria para perder los miedos, los prejuicios, los anhelos. 

Me gustaría acostarme y sentir el suave tacto de la mano de Patricia acariciando mi pelo, un beso puro de Candela en la mejilla, el cuerpo cálido de Mario durmiendo a mi lado y Mateo agarrado a mi mano. Y así ver pasar las horas sin que pasara nada más, sin que en mi cabeza hubiera nada más, ni temores, ni fantasmas, ni urgencias, ni planes, ni esperanzas ni desilusión.

Hoy es uno de esos días en los que quiero llorar porque no sé lo que quiero o porque no sé si soy capaz de lo que quiero, si alguien me aceptará. Me siento perdido en un mundo ajeno y diferente.

Hoy es uno de esos días.

4 comentarios:

Javier dijo...

Hola Iván, hoy he conocido de tu situación por el periódico, y he estado leyendo tu blog, nos conocemos por tu hermano, y sólo decirte que estoy en la misma situación que tú, desde hace 3 años, que alabo tu coraje al hacerlo público, de expresar tus sentimientos más íntimos en este blog (me veo retratado en el), y por último por tu coraje y fuerza al luchar por mejorar, yo me he rendido, me he adaptado a la situación, a las pastillas, sé que es lo más cómodo, pero me cansé de luchar, de luchar en ocultar lo que siento, lo que pienso, lo que vivo.... ahora lo oculto todo detrás de las pastillas, asumo que me acompañarán el resto de mi vida e intento seguir hacia delante.

Mi admiración por tu trabajo y tu lucha, seguimos en la carretera.

Iván H. Bermejo dijo...

Muy buenas, Javier. Muchas gracias por tus palabras. Sólo puedo mandarte ánimos y confianza. Sé que lo que nos dicen de fuera vale para poco porque ya lo habremos intentado nosotros antes pero recuérdate cuando puedas que adaptarte a la situación no es rendirse, que esta situación no es algo contra lo que combatir, sino con lo que adaptarse y saber vivir de la mejor forma, sin hacernos daño o que duela lo menos posible. Un abrazo y aquí me tienes para lo que quieras.

Unknown dijo...

Iván tira para arriba piensa que tú puedes yo por un suceso familiar mío también me sentí así con los mismos sentimientos sintiéndome que era yo pero que no era yo, en un abismo catastrófico vi mi mundo derrumbarse cuando me dieron mi diagnóstico y poco a poco me pare a pensar que cada uno vale lo que demuestra que vale que nuestro coraje es nuestro que no debemos dejar que los prejuicios nos acepten y demás tu escrito me ha transportado a un escrito el tiempo que puse en la red de mujeres de salud mental Almendralejo una vez que lo escribes que vacías todo eso de dentro de ti te sientes nacer eres un crack Ole tu carácter y una frase que escuche hace poco no valgo más que lo que yo me haga valer y no pararse de golpe es no retroceder es avanzar un saludo

Iván H. Bermejo dijo...

Muchas gracias por tus palabras.