domingo, 31 de octubre de 2021

Quiero que esto acabe ya.

 Estoy mal. Estoy con ansiedad desde hace muchas horas, en un estado nervioso sin ser una crisis severa. Me duele la cabeza, el pecho, el abdomen, estoy cansado. Tengo muchas molestias musculares y en las articulaciones. No duermo bien. Me duele la espalda y también las manos y los dedos. Me cuesta teclear. 

He cambiado la medicación del colesterol pero siguen las pesadillas. Cualquier cosa me entristece, me desanima. Ayer salí mareado del cine. Estuve nervioso y con ansiedad casi toda la película, aunque pude prestar atención. No cené. Tuve que quitar la serie que estábamos viendo para ir a la cama porque estaba agotado, con dolor de cabeza e incapaz de concentrarme y enterarme de lo que estaba viendo.

Acosté a Mateo. Quería morirme mientras me hablaba. Pensaba en pastillas y, a la vez, en lo mucho que me gustaba su voz contándome su tarde con Patricia, sus planes para mañana. Sabía que eran ideas que no iba a ejecutar, pero las pensaba, las deseaba. A veces pienso que si no tuviera a Candela, Mario y Mateo ya lo habría hecho. Me fui a la cama. No podía dormir. Me dolía todo. Sentía a Patricia lejísimos. No sé por qué, estaba como enfadado, como molesto. No soportaba el dolor de espalda. Me he acostado en la cama de Candela.

Casi no he dormido. Me agobia todo. El ruido, el silencio, sacar a Phoebe, que me ladre en casa. Me estalla la cabeza, me explota el corazón, me cuesta respirar y mantenerme erguido. Tengo un fuerte dolor en la parte trasera de la cabeza. Me molestan las gafas, vuelve el dolor de ojos, la vista cansada. 

Estoy atrapado en mis síntomas, en mis obsesiones idealistas, en mi forma de vida, en los planes que no quiero hacer y no soy capaz de evitar, en el ruido de la casa, en mi cuerpo arisco y extraño, en la necesidad de mimos y abrazos, de estar tumbado, en las preocupaciones externas, en este llanto ahogado que no sale, en qué hacer con el trabajo. Quiero volver al trabajo, pero no sé si es sólo para seguir huyendo.

He pensado en ideas para volver al trabajo, pero tengo miedo. Miedo a que sean rechazadas, miedo a cómo esté cuando tenga que pasar horas en un mismo lugar con gente, miedo a que acepten las propuestas y no ser el que creo ser, fracasar, que salga mal, no atreverme a hablar.

Quiero que esto acabe ya y ese deseo me tiene preso.

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