viernes, 29 de octubre de 2021

Será

Serán la lluvia, las nubes negras, el frío en los huesos, el viejo colchón, el otoño, la caída de las hojas, el suelo que cruje, la revolución pendiente. Será este octubre con más horas de noches y sombras que de soles y luces, este octubre sin lluvia ni arcoíris, sin andenes ni bienvenidas, sin aplausos, sin besos en las mejillas.

Será este tiempo sin descanso ni trabajo, de grúas y andamios, de suelo urbanizable, de hipotecas variables, de escarcha en la nevera y en la cama, de pies descalzos.

Serán estas noches de sustos y dulces, de calabazas y castañas, de olor a chimenea, de hollín en los nudillos, de brasa en las manos y ceniza en los pulmones.

Será esta tarde gris, de brillos perdidos, de miradas vacías, de aliento en el cristal, de vaho en la ducha, de rodilleras y remiendos, de miedo a no temer más, de ganas de tener menos, de reuniones y móviles, de cabezas gachas, de música en el coche, de butacas de cine.

Será la humedad, el moho en la pared, o una pintada, sus huellas en el cristal, un cojín mordido, un mueble roído, mis dientes amarillos, las canas alborotadas, la barba de 6 días, el picor, la apatía.

Será el sonido de la lluvia, el ruido de la calle, el humo de los coches, una mujer llorando en una escalera, un vendedor recogiendo sus mantas, un inmigrante que llama a casa, el precio de la luz, la luz de la lava, hogares calcinados, la espuma del océano, el mar devorando cuerpos, la publicidad de navidad, la melodía de las tragaperras, una manta en un portal, un cartón de leche, unos pocos céntimos, una guitarra.

Será el silencio de las bombas, de la amenaza en esa casa, del puñetazo en la pared, del guantazo que cruza la línea y la pared, de las puertas de la cárcel, de cerrojos que se clavan, de vidas que cambian, de miradas que no.

Será el grito, el callejón oscuro, un niño comprando droga, un hombre comprando un cuerpo, la primera raya, el último beso, el primer insulto, el próximo paso.

Será el olor a frutas y nueces, a un libro que abres, a tierra, a hojas y naranjas, a puré y barbacoa, a parrilla y goma quemada,  a camalote y agua estancada, a tuberías viejas, el olor a reja, la farola fundida, el autobús en el extrarradio, una gitana en la parada, una bandera de España.

Será el disfraz, la tienda que cierra, el paquete que llega, una ONG más, las zapatillas, la larga etiqueta, la hoja de las tijeras, Made in Bangladesh, el comercio de barrio, una mano recogiendo garbanzos.

Será que el horror no amenaza mi sueño, no desvela mis pesadillas. Será que ya es tarde para volver a empezar, quizá sea pronto. Será todo lo que no soy.
Una casa en el centro, ir andando al colegio, llegar pronto al médico, comercio justo, un parque y dos bicicletas, un hueso de melocotón en el suelo, un racimo de uvas en el plato, dos crowdfunding, un periódico, el olor del papel, el sonido del teclado, el ratón del ordenador, volver al trabajo.

Será el sonido del poste, el estallido del gol, zapatillas que chirrían, una pelota que bota, resina en las manos, pies de gato, jugar hasta que apaguen las luces, los juegos de barrio, la botella, la rayuela, carreras y saltos, la liga de veteranos, el nombre de ellas.

Será tu voz, tu mano en mis rizos, tu boca en mi nuca, tu cabeza en el pecho, tu cara de niña, tus ganas de todo. Será todo lo que fui, de todo lo que me arrepiento, lo que aprendí de ti, adonde no llego.

Algo será lo que nos despierte, lo que nos dé cobijo, lo que nos ponga a salvo.

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